Demagogia

Marta Seijas TRIBUNA

FERROL

26 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Siempre tuve la convicción de que quienes de alguna manera nos dedicamos a la política debemos de hacerlo de manera vocacional y trabajar por el bien común. Por eso cada vez me repele más la forma de actuar de los que se autodenominan la Nueva política. La indecencia demostrada tras los incendios de la semana pasada por parte de la izquierda más radical me resulta vergonzosa, la hipocresía, mentira y demagogia llevada al límite mas aberrante, el uso de la desgracia con fines políticos. Es en estas mareas donde se mueven los del Nunca Máis y es que, parece ser un recurso muy manido ante cualquier catástrofe. Inusitada facilidad para desplegar pancartas de las que se espera conseguir un rédito electoral más que cuestionable, eso sí, la pancarta solo se esgrime cuando gobierna el PP. Manipulación torticera de la realidad afirmando que se hace negocio con recalificaciones, cuando la Ley de Montes prohíbe explícitamente la recalificación de las zonas quemadas en 30 años; falta de medios cuando ni en los incendios en que había más se pudo sofocar el fuego en el plazo normal dados los efectos del Ophelia, la sequía y las temperaturas totalmente anormales para Galicia. Fue insólito leer en redes como esa izquierda culpaba al Gobierno de la Xunta mientras aquí al lado, en mi Asturias querida, afirmaban que los incendios del principado eran fruto del fuerte viento y la carencia de precipitaciones, supongo que algo tendrá que ver que allí gobierna el PSOE con apoyo de IU… Supongo. En 2006, la superficie arrasada en Galicia por los fuegos fue superior a las 90.000 hectáreas, cuatro víctimas mortales, un infierno desde el 4 al 16 de agosto, pero las pancartas no salieron. Imagino que algo tendría que ver el color del bipartito de la Xunta por aquel entonces con el socialista Touriño a la cabeza y el nacionalista Suárez Canal en Medio Rural. Todos deberíamos de reflexionar sobre las medidas ante la actividad incendiaria criminal, sobre incendios forestales y políticas preventivas; y hacerlo entre todos y mirando a nuestros montes, no a las urnas.