Lo que queda del Caudillo en Ferrol

F. V.

FERROL

La Cruz de los Caídos de Amboage, escudos como el de la vieja Auditoría y viales del Arsenal, con nombres como Carrero Blanco, aún homenajean la dictadura de Franco

29 nov 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Retirada la estatua ecuestre de la plaza de España, el busto de Franco de la fachada del Concello de Ferrol y la vidriera con el águila franquista de la escalinata principal del palacio municipal, el mismo escudo fascista en piedra del antiguo Gobierno Militar del Cantón, actualmente sede de la Fundación Caixa Galicia, cambiado el callejero, ¿qué queda?

Pues todavía hay. En la plaza de Amboage se encuentra el principal símbolo que perdura, la Cruz de los Caídos (solo caídos del bando franquista), instalada en una de las escalinatas de la propia plaza.

Es semejante a otros muchos monumentos que se erigieron en diferentes puntos de España al término de la Guerra Civil para recordar a los muertos del bando vencedor. Es obra de los talleres de Valentín Molinero, de Madrid. Fue inaugurado el 18 de julio de 1940, en el cuarto aniversario del levantamiento contra la II República. Bendecido por el obispo de la diócesis de entonces, Benjamín de Arriba y Castro, con profusión de desfiles militares.

Atentado con bomba

Es una escalera que da paso a un rellano en el que cuatro contrafuertes rodean un pedestal macizo rematado por una cruz latina. La cruz de Amboage, diseñada para impresionar por su desnudez, según Pedro Javier González, estudioso de los monumentos de la ciudad, ya fue objeto de un atentado con bomba. Está muy deteriorada por las sucesivas pintadas, grafitos y otras acciones para embadurnarla.

En el edificio militar conocido como Auditoría, en la calle María cerca del parque municipal Raíña Sofía, perdura en la fachada un escudo en piedra con el escudo franquista, oficial en España desde el 2 de febrero de 1938 hasta el 5 de octubre de 1981, día en el que se aprobó el escudo constitucional actual. Es decir, el símbolo permaneció como oficial hasta seis años después de la muerte del dictador.

Un callejero militar

Todo el callejero interior del Arsenal Militar está jalonado con placas de almirantes del régimen franquista: Carrero Blanco, Salvador Moreno, Vierna... Aunque la ministra de Defensa, Carmen Chacón, ha anunciado que su departamento está recopilando toda la documentación necesaria para retirar de cuarteles y dependencias toda esta simbología de la pasada dictadura en el conjunto de España.

En Caranza

El polígono de Caranza, inaugurado por el general Franco en 1972, llevaba, como no podía ser de otra manera, el nombre de su ministro de Gobernación (Interior), su amigo y también ferrolano general Camilo Alonso Vega. En 1958 el Ayuntamiento de Ferrol lo había nombrado ya hijo predilecto de la ciudad. En el hospital Cardona de Caranza se mantiene desde 1974 un busto en cuyo pedestal se le califica de «gobernante ejemplar».

Existe una anécdota que recuerda Pedro Javier González. El polígono de Caranza contaba con un mirador hacia la ría construido en hormigón. En unos relieves escultóricos se había colocado una gran cabeza en bronce de Alonso Vega, obra del escultor Nassio Bayarri, pero, parece, el busto no agradó a la viuda del antiguo jefe de la Guardia Civil, cargo que también había desempeñado el general ferrolano. Por ello, la mujer, Ramona Rodríguez, consiguió que la cabeza fuese retirada. Luego buscó al escultor Juan de Ávalos (Valle de los Caídos) al que encomendó otra estatua que está en el hospital Juan Cardona.