El Nissan Qashqai asciende para volver a situarse como el SUV de referencia. Probamos la edición de lanzamiento, con un ProPILOT mejorado que reinventa el concepto de conducción inteligente.
17 oct 2021 . Actualizado a las 09:58 h.Por fuera se lo reconoce al instante: sigue siendo la silueta inconfundible del Qashqai, pero refinada para hacerlo más elegante y estilizado, menos musculoso. Mantiene la parrilla en V símbolo de la marca, con un grueso cromado recorriendo la parte inferior, que se fusiona con el final del capó y los faros. Estos últimos son led, al igual que los pilotos traseros, y nuestra unidad de prueba incluía la opción de faros matriciales adaptativos: divididos en doce segmentos individuales que se encienden o apagan en función de lo que tenemos delante. Por ejemplo, es posible ir en el centro de una autopista de tres carriles e iluminar con largas sin deslumbrar a un coche que tengamos justo delante.
En el lateral la principal novedad está en los pilares C y D (entre el final de la puerta de atrás y el portón), con un vidrio oscuro que recuerda al Lexus RX y consigue el efecto de techo flotante.
El interior es otro mundo. El cuadro de instrumentos es ahora totalmente digital, una pantalla de 12,3 pulgadas que puede adoptar diferentes vistas e incluye muchas opciones de configuración. Puede mostrar el mapa e instrucciones del navegador, que también se ven en el parabrisas si tenemos activado el head up display.
En el centro del salpicadero, la pantalla multifunción es ahora una tableta exenta de 8 o 9 pulgadas, compatible con Android Auto y Apple Car Play. Es táctil, pero cuenta con una hilera de botones físicos debajo, una solución más práctica que andar navegando por interminables menús. De igual modo, el climatizador cuenta con controles propios.
El Qashqai está disponible con un mismo motor de 1.3 litros y cuatro cilindros en línea, turboalimentado, que se ofrece en dos versiones de potencia: 140 y 158 caballos. Esta última es un segundo más rápida en el 0 a 100 km/h y lleva una caja de cambios automática del tipo variador continuo. Simula el escalonamiento de marchas, pero no se revoluciona en exceso cuando le exigimos. La palanca tiene dos posiciones (D/Ds) y un poco más atrás hay un interruptor para seleccionar tres modos de conducción: Eco, Standard y Sport. Un pequeño motor eléctrico de 12 voltios ayuda en las aceleraciones (aporta 6 Nm durante un máximo de 20 segundos) y el arranque, y permite reducir emisiones y lograr la etiqueta ECO.
Nissan ha conseguido un confort de marcha sobresaliente, apoyándose en una suspensión amable, que filtra bien las irregularidades, y en una insonorización superior a la del modelo anterior. Este Qashqai es un coche más amplio y cómodo, con buena visibilidad y hasta 504 litros de espacio en el maletero. Perfecto para viajar.
Mención especial merece el equipamiento de seguridad de serie: control de crucero inteligente (mantiene la distancia con el vehículo precedente), advertencia de colisión frontal predictiva, frenada trasera automática, aviso de cambio involuntario de carril con corrección en el volante y frenada predictiva de emergencia. Junto al eficiente sistema opcional ProPILOT, es posible la conducción semiautónoma y que el coche identifique un túnel o una rotonda y avise para aminorar la velocidad.
El Qashqai parte de 25.750 euros (o alrededor de 350 euros al mes si elegimos una multiopción), y hay la posibilidad de tracción total (solo con el modelo de 158 CV) desde 34.000 euros.
El año que viene llegará la nueva versión híbrida e-POWER, con una solución que puede ser el futuro: un motor de gasolina que se usará solo para generar electricidad y que permitirá a un motor eléctrico de 190 caballos mover las ruedas. Sin pesadas baterías, ni necesidad de enchufarlo. Pero esa es otra historia.