«Congelar óvulos es dar esperanza de vida»

TEXTO: NATALIA VÁZQUEZ GIAO / J.F.

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CESAR QUIAN

Ya no se trata solo de parejas con problemas para tener un hijo por vía natural. Moisés Moreira constata la evolución social y la desaparición de estigmas relacionados con la maternidad

20 ago 2017 . Actualizado a las 05:15 h.

Recurrir a la fecundación in vitro es cada vez más común entre las parejas que no pueden tener hijos . El doctor Moisés Moreira, director del HM Fertiliy Center Belén de A Coruña desde el 2015, especializado en fertilidad, asegura que es fabuloso ayudar a las parejas a tener familia. Recomienda a las mujeres «que acudan a la clínica cuando detecten que no pueden quedarse embarazadas. A partir de los 35 años esas dificultades no hay que dejarlas pasar más de 6 meses. En función de la edad se tienen unos resultados u otros». Con una sonrisa en la cara declara: «Cuando te vienen a enseñar el bebé y te dan un abrazo dices: ‘Pero qué trabajo más fabuloso tengo’; es una emoción indescriptible».

 -¿Cuál es la probabilidad de embarazo con la fecundación in vitro?

-Con el coito un 25 % en una pareja que no tenga ningún problema. Al año una mujer tiene once posibilidades de quedarse embarazada: doce reglas, once ovulaciones. Tiene que coincidir todo para que en el día adecuado se tengan relaciones y el espermatozoide encuentre al óvulo. Con la fecundación in vitro, dependiendo de la edad de la paciente, la probabilidad oscila entre un 35 y un 5 % en pacientes de menos de 35 años.

-¿Cómo es el proceso de fecundación?

-Después de la captación de ovocitos, el marido entrega una muestra de su semen y se procede a juntarlos con los espermatozoides en el laboratorio. Al día siguiente se ve cuantos embriones se han obtenido y los dejamos evolucionar hasta el estadio de blastocisto, que es el quinto día. Entonces se colocan dentro del útero con la mujer despierta bajo control ecográfico.

-¿Qué probabilidades hay de éxito?

-La primera vez funciona en un 35 % de los casos, en la segunda ocasión funciona en otro 35 %. Por eso hablamos de tasa acumulada de nacido vivo por tratamiento, porque si hay más embriones que sean viables, aparte de los que ponemos, los congelamos. Entonces no es necesario repetir todo el proceso nuevamente. Con un único tratamiento, a lo mejor hay dos o tres oportunidades, y ahí el porcentaje puede subir hasta el 60-70 % de embarazo.

-¿Qué importancia tiene el varón en todo esto?

-Le damos mucha importancia al óvulo porque es más difícil de conseguir. Pero una mitad es el espermatozoide y otra el óvulo. Si la edad del hombre avanza, la calidad del semen empeora genéticamente, y es una cosa que los hombres no tienen todavía muy asumida. Hay que tratar de desmitificar la culpa, esto es cosa de dos y hay que buscar las soluciones.

-¿Cómo escoger entre fecundación in vitro o inseminación artificial?

-La indicación de la técnica es médica. Una inseminación no está indicada para una mujer de 40 años porque el porcentaje de éxito es muy bajo. Solemos hacer inseminaciones por debajo de los 38 años. A partir de esa edad, por tasa de éxito, la indicación es la fecundación in vitro.

-¿Sigue habiendo estigmatización en la sociedad por tener hijos con técnicas de reproducción asistida?

-Desde hace unos 10 años ya no tanto. Vienen muchas chicas para hacerse el tratamiento. Antes, ser madre soltera era un estigma, ahora es una señal de modernidad.

-¿Es este tratamiento una oportunidad para las enfermas oncológicas que no quieren renunciar a ser madres?

-Sí. Se preservan sus óvulos para en un futuro, cuando terminen la quimioterapia, tener esa posibilidad. Para ellas es un aliciente al que agarrarse para curarse. Congelando los óvulos les estás dando esperanzas de vida, que se curen y que los puedan utilizar más adelante.

-¿Qué otros recursos ofrece la clínica para tener descendencia?

-La ovodonación, los óvulos donados por chicas jóvenes para mujeres de una edad avanzada, que ahí se equipara a las tasas de las mujeres jóvenes. Muchas veces vienen y quieren intentarlo con sus óvulos, porque no asumen que no tengan sus genes. Cuando ven la realidad tras el fracaso, hacen el luto, y vuelven: «Bueno, ¿qué me habías hablado de esos óvulos jovencitos?». Se hacen el tratamiento y entonces se quedan embarazadas.