El espíritu de los 90 sigue vivo

La Voz CUATRO VERDADES

EXTRA VOZ

21 jun 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Ni la camiseta que enseña uno de los personajes ?que por cierto está a la venta? ni las puertas originales del primer Parque Jurásico ni el cementerio de recuerdos con el que se encuentran los protagonistas, incluyendo las gafas de visión nocturna y los todoterreno. Ni siquiera la banda sonora. El auténtico homenaje a aquel sueño que se tornó en pesadilla en 1993 está en los pequeños detalles, que salpican todo el filme y en los que reparan los fans más recalcitrantes del gran sueño de John Hammond. Aquí van unos cuantos.

Los que se emocionaron con el primer parque de isla Nublar recordarán todavía a míster ADN, el muñeco que explicaba cómo se creaban los dinosaurios de la sangre de un mosquito atrapado en ámbar. Es el primer guiño a Parque Jurásico. Porque míster ADN sigue enseñando en Jurassic World qué es eso del ácido desoxirribonucleico a los visitantes. Henry, el científico que devolvió a la vida a los dinosaurios en 1993 todavía dirige el laboratorio. El dilema ético de hasta dónde tiene que llegar la ciencia sigue vigente y se resume en una frase: No se pueden tener las características que usted pide ?más grande. Que ruja más. Con más dientes? sin los rasgos conductuales asociados. El T-Rex sigue reaccionando a las mismas bengalas que en 1993 salvaron a Timmy y Lex de ser devorados dentro del coche. Los gallimimus todavía corren por el valle en el que se los encontraron los nietos de Hammond y el paleontólogo Alan Grant hace dos décadas. Jimmy Fallon recibe una dosis de veneno paralizante del dilophosauros en la cara y la mano, exactamente igual que Dennis Nedry hace 20 años. El del dilophosauros es el holograma con el que consiguen distraer a un velocirraptor en plena huida. Y ellos, los villanos redimidos en esta nueva entrega, siguen siendo impacientes: vuelven a tamborilear con su característica garra a la espera de poder hacer lo que les dicta el instinto: cazar.