«No hay tema. Ceuta y Melilla son españolas. Eso lo conoce muy bien el Gobierno marroquí. Esto no lo discute el Gobierno de España ni lo discutimos en este país». Un día después de que el primer ministro del reino alauí, Saadeddine El Othmani, afirmara en una entrevista que Ceuta y Melilla «son marroquíes como el Sáhara», el Ejecutivo mostró ayer, por boca de la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, la máxima contundencia en la respuesta. El Gobierno convocó de urgencia el pasado lunes a la embajadora de Marruecos en España, Karima Benyaich, a la que la secretaria de Estado de Asuntos Exteriores, Cristina Gallach, pidió explicaciones, trasladándole que «España espera de todos sus socios respeto a la soberanía e integridad territorial de nuestro país». Benyaich aclaró en esa reunión que la postura de Marruecos en relación con Ceuta y Melilla no ha cambiado, por lo que sigue sin reconocer la soberanía española sobre las dos ciudades y las considera «ocupadas». Así lo explicó ayer la ministra de Asuntos Exteriores,, Arancha González Laya.
El Gobierno de Marruecos no hizo, sin embargo, ayer ningún comentario sobre la cuestión, ni tampoco la agencia oficial de noticias MAP publicó la noticia sobre la llamada a su embajadora en España. En sus declaraciones, el primer ministro marroquí aseguró que su país tratará con España el tema de Ceuta y Melilla después de solucionar el conflicto del Sáhara Occidental.
El PP culpa al Gobierno
Pese al intento del Ejecutivo de eludir cualquier debate sobre esta cuestión, el PP reaccionó en términos muy duros. Su portavoz en el Senado, Javier Maroto, achacó el «problema» que hay entre Marruecos y España a la «debilidad» del Gobierno de Pedro Sánchez en política exterior y las divergencias entre los dos partidos del Ejecutivo de coalición. «Como hay dos y dicen dentro del propio Ejecutivo cosas distintas, no hacen más que meterse en líos innecesariamente», indicó, añadiendo que hay ministros «metiéndose en líos con Marruecos» y otros «intentando arreglar los líos que provocan los ministros que van contra los intereses generales de España».
El Gobierno de Ceuta, presidido por Juan Vivas, del PP, expresó en un comunicado su «apoyo y respaldo» a «todas las actuaciones» que realice el Ejecutivo español para «defender con la debida firmeza nuestra soberanía e integridad territorial». Algo que, a su juicio, es «una obligación inexcusable que debe ser causa de todos». Respecto a las declaraciones del primer ministro marroquí, el Gobierno ceutí indica que «carecen de todo fundamento y merecen el más absoluto rechazo». El PSOE y el PP de Melilla rechazaron también la reivindicación de Marruecos.