Torra y Cs torpedean la estrategia de ERC para conquistar la Generalitat

Cristian Reino BARCELONA / COLPISA

ESPAÑA

Quim Torra dona sangre por el Día Mundial del Donante
Quim Torra dona sangre por el Día Mundial del Donante

El giro del «president» y el pacto de Cs y Sánchez alteran los planes de los republicanos

14 jun 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Tras el fracaso de octubre del 2017, ERC apostó de forma estratégica por tender puentes con el Gobierno, por aparcar la vía unilateral y, aupados por las encuestas se lanzaron a por la presidencia de la Generalitat.

Quim Torra tenía intención de convocar elecciones antes de la crisis sanitaria, pero ahora ha decidido encastillarse en la Generalitat. Y a todo el que le insinúa el adelanto electoral, le contesta que ahora es irresponsable, que lo que toca es dedicar las 24 horas del día al coronavirus. El Supremo comunicó el jueves pasado que el 17 de septiembre podría fijar la vista para resolver el recurso del presidente catalán contra su condena por desobediencia dictada por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC). La legislatura catalana ha entrado en la prórroga. Si habrá gol de oro o penaltis solo lo sabe el jefe del Ejecutivo catalán, que es quien tiene la capacidad de convocar elecciones. Después de conocerse los planes del Supremo, Torra no dijo nada. Este sábado, tampoco. 

Carga emotiva

Los republicanos llevan meses pidiendo elecciones y reclamando a JxCat pactar un calendario electoral para evitar lo que se barrunta tras el anuncio del Supremo. El presidente podría convocar comicios después de la vista o de conocer la sentencia, en el intervalo de tiempo entre que se comunica el fallo y la orden de ejecución.

Esquerra quería evitar un clima electoral de fuerte carga emotiva, pero JxCat no desaprovechará la baza victimista. Joan Tardà verbalizó lo que piensa ERC: Torra solo convocará elecciones cuando considere que ha desgastado lo suficiente a Esquerra.

La pandemia ha alterado los planes de los de Oriol Junqueras en el ámbito catalán y también a nivel nacional. Los republicanos apostaron por la mesa de diálogo con el Gobierno como su principal aval para aparcar la vía unilateral y convertirse en la fuerza de referencia de Cataluña en el Congreso, como paso previo a conquistar la Generalitat. Y solo si ERC es imprescindible para la estabilidad del Gobierno de Pedro Sánchez puede mantener viva la mesa de diálogo. Pero entre prórrogas del estado de alarma, al Ejecutivo le ha surgido un socio inesperado, Cs, que ha dejado a los republicanos sin el cartel de aliados preferentes.

Desde JxCat presionan a ERC para que rompa con el Gobierno y reconozca que su apuesta por el diálogo no dará resultados, pues la mesa, según los posconvergentes, está condenada al fracaso.

Cuanto más se acerque el Gobierno a Ciudadanos, más difícil será la posición de los republicanos ante la parroquia independentista. Frente al movimiento de Sánchez, Esquerra tiene dos opciones: o rompe o lo asume. De momento, ha optado por el silencio.