PP y Ciudadanos se enzarzan por el liderazgo del centroderecha

Francisco Balado Fontenla
Fran Balado MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

Pablo Casado, entre el alcalde y la presidenta de la Diputación de Palencia, en cuya catedral cumplió con la tradición de beber agua en la cripta de san Antolín
Pablo Casado, entre el alcalde y la presidenta de la Diputación de Palencia, en cuya catedral cumplió con la tradición de beber agua en la cripta de san Antolín Almudena Álvarez | EFE

Montesinos ve a los populares como «el pegamento de la derecha» y Rivera rechaza España Suma «porque resta»

03 sep 2019 . Actualizado a las 10:09 h.

Con la amenaza de una repetición electoral cobrando cada día más fuerza, el presidente del PP, Pablo Casado, aumenta su presión sobre Albert Rivera y Ciudadanos para unir sus músculos en una misma papeleta en caso de que el fantasma de las urnas se convierta en una realidad. Casado entiende que su fórmula de España Suma resulta la mejor arma para frenar a Sánchez, ya que de esta forma el centroderecha optimizaría la conversión de sus votos en escaños. La experiencia navarra en las pasadas autonómicas no ha hecho más que reafirmar su tesis, por lo que este lunes invitó a Rivera a «remar en la misma dirección», ya que en aquellos territorios en los que el PSOE suma «España pierde».

Casado realizó esta afirmación en un acto en Palencia, adonde acudió acompañado de su vicesecretario de comunicación, Pablo Montesinos, quien defendió las siglas del PP como «el pegamento del centroderecha». Montesinos ensalzó el papel de su partido como el gran aglutinador de otras fuerzas que a priori eran incapaces de encontrarse, como Vox o Cs, y que gracias a la mediación de Génova fueron capaces de desbloquear un sinfín de gobiernos municipales y autonómicos. Una fórmula que están dispuestos a plantear a nivel estatal.

Pero la otra parte no parece muy dispuesta. Más allá de su testimonial presencia en el pleno del pasado jueves, Rivera regresó a la arena política con la reunión de su ejecutiva y una entrevista en Onda Cero, en donde confirmó que la coalición que habían acordado en Navarra junto al PP y a UPN fue excepcional. Desde Cs deslizaron ayer que quizá sería extrapolable al País Vasco, pero que de momento no han contado con una oferta firme. 

Mejor unirse tras las urnas

«España suma, pero la corrupción resta», advirtió el presidente de Cs el mismo día en el que se conocieron las imputaciones de Cristina Cifuentes y de Esperanza Aguirre en una de las ramificaciones de la operación Púnica, causa que estudia la financiación irregular del PP.

Rivera argumentó que existe un importante sector del electorado de centroderecha que no está dispuesto a brindar su apoyo a «un partido que tiene cuarenta y tantos casos sin resolver», por lo que entiende que la forma más «inteligente» de sumar es alcanzando acuerdos poselectorales, tal y como hicieron en Andalucía, Madrid y otros muchos sitios. Además de esta sombra de corrupción que no acaba de marcharse de la sede de Génova, Rivera también defendió el corte «liberal» de su partido, a diferencia del «conservadurismo» que rige en los populares, y que esta diversidad puede acabar de atraer a más votantes. Además, destacó que España Suma sería poco menos que el «sueño» de Sánchez, al que le pondrían en bandeja su relato en una nueva campaña electoral en la que martillaría con «las dos Españas, la de la izquierda frente a la de la derecha».

Las encuestas afianzan al PSOE y el bloque de izquierdas 

La reentrada del curso político ha provocado la aparición de las primeras encuestas sobre intención de voto de cara a una posible repetición electoral el próximo 10 de noviembre. La primera conclusión de los dos estudios publicados en los últimos días es que el bloque de izquierdas saldría reforzado de la nueva cita con las urnas. La segunda, que el partido que saldría peor parado sería Ciudadanos.

Según el estudio de NC Report para La Razón, Pedro Sánchez lograría llevar a los socialistas hasta un 29,5 % de los votos, ocho décimas más que en abril. Ello le supondría una horquilla de entre 127 y 132 diputados, frente a los 123 con los que cuenta en la actualidad. Su teórico socio natural, Unidas Podemos, seguiría resultando imprescindible para una coalición de izquierdas, aunque bajaría sus apoyos hasta un 13,1 %, 1,2 puntos menos que el 28A. La coalición liderada por Pablo Iglesias perdería entre seis y nueve diputados, pero resultaría la muleta imprescindible para que gobierne el PSOE.

En la derecha, el PP subiría casi seis puntos, hasta un 21,9 %, pasando a entre 84 y 87 diputados y alejando el fantasma del sorpasso por Cs, que perdería dos puntos de apoyo (hasta un 13,9 %) y hasta ocho de los 57 diputados actuales (49/52). Vox también sufriría un importante retroceso en intención de voto (del 10,3 al 7,7 %) y escaños (de 24 a 15/17). En la encuesta de Sociométrica para El Español, el PSOE saldría aún mejor parado (31,3 % de los votos, 142 diputados) y sumaría mayoría absoluta solo con Podemos (13,9 %, 37 escaños) frente a un PP al alza (18,1 %, 76 actas) en un bloque del centroderecha que perdería apoyos por el bajón de Ciudadanos (12,2 %, 38 asientos) y Vox (9,7 %, 22). El sondeo de Sigma 2 para El Mundo revela que el PSOE llegaría a 145 diputados (33,4 %), el PP a 78 (19 %) y UP (14,3 %, 40 actas) adelantaría de nuevo a Cs (11, 8 % y 34 escaños).

El rey libera la agenda por si hubiera una nueva ronda de consultas 

Felipe VI reanudará este martes su actividad oficial en Madrid a la espera de si convoca una nueva ronda de consultas con los partidos políticos en caso de que haya un candidato que reúna los apoyos para lograr la investidura antes del 23. De no haber investidura antes, el 23 de septiembre se disolverían las Cortes y se convocarían las urnas el 10 de noviembre.

En octubre de 2016, cuando tuvo lugar una situación similar, Felipe VI convocó la ronda el 24 y 25 de octubre y la investidura del entonces presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, salió adelante el 29, dos días antes del plazo límite.

El Palacio de la Zarzuela comunicó entonces la convocatoria de las reuniones el 11 de octubre, con trece días de antelación. Fue el mismo margen de días con el que anunció la ronda de consultas en abril del año 2016.