El PP afronta un congreso a cara de perro

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

Zipi | Efe

Casado rechaza el ofrecimiento de Sáenz de Santamaría de formar una lista unitaria y está convencido de que se convertirá en el sucesor de Rajoy gracias al apoyo de Cospedal

07 jul 2018 . Actualizado a las 08:39 h.

«Reintegrar a todo el mundo. Pero, eso sí, pasado el congreso». Pablo Casado sabe que las presiones para que se sacrifique y forme una lista de unidad con Soraya Sáenz de Santamaría que cohesione al partido van a arreciar de aquí hasta que se celebre el congreso que elegirá al sucesor de Mariano Rajoy. Pero sabe también que, si resiste esas presiones y lleva su desafío hasta el final, tiene todas las papeletas para convertirse en el nuevo líder del PP. Casado ha iniciado ya los contactos con el equipo de María Dolores de Cospedal, que pese a quedar descartada obtuvo un notable 25,92 % en las primarias, para tratar de asegurarse el apoyo de sus compromisarios afines. El joven diputado popular prometió hacer un máximo esfuerzo por integrar a miembros de todas las candidaturas, pero dejó claro que eso se tiene que producir después de que se celebre el congreso, y no antes.

La estrategia de la ganadora en las primarias, Soraya Sáenz de Santamaría, es la contraria. Ya desde el primer momento defendió que la tradición en el PP ha sido siempre respetar la lista más votada. Y para lograrlo, y aunque mantiene contactos con todos, la exvicepresidenta del Gobierno apela más a formar equipo con el propio Casado que a lograr el apoyo de los compromisarios afines a De Cospedal, su gran rival en el partido. El escenario surgido de las primarias, con una victoria por la mínima de Sáenz de Santamaría, era el más temido por los dirigentes del PP, porque es el más propicio para que el partido se fracture. Un triunfo claro de alguno de los candidatos, especialmente si este hubiera sido Pablo Casado, habría sido definitivo y habría evitado en el congreso una confrontación abierta y a cara de perro que ahora se antoja inevitable.

Primeras pullas contra Soraya

El argumento principal de Casado para que todo se decida en la segunda vuelta prevista en los estatutos, aunque esta sea a través de compromisarios y no con el voto directo de los militantes, es que, aunque su rival ha logrado un 37 %, las normas se aprobaron para que «un 63 % de los militantes pudieran decidir en la segunda vuelta», aludiendo así a la suma de los que no apoyaron a la exvicepresidenta del Gobierno. El otro razonamiento de Casado, que recordó que la tradición de respetar la lista más votada es algo que el PP solo defiende en elecciones a una sola vuelta, y no a dos, es que, dada la conocida enemistad entre Sáenz de Santamaría y Cospedal, su candidatura es «la que garantiza la unidad del partido» y también que «todo el mundo se sienta integrado».

Casado inició ya de hecho su nueva campaña de cara al congreso y lanzó la primera pulla seria a su futura contrincante. Abogó por que el PP vuelva al Gobierno, pero con un «proyecto nuevo» y no para hacer «lo mismo y con los mismos» que llevaron a los populares a perder tres millones de votos, en alusión al Ejecutivo del que formaba parte Sáenz de Santamaría. «No hemos llegado hasta aquí para hacer lo mismo y que nada cambie. Con máximo respeto a lo realizado, tenemos que mejorar para volver a ser ese partido que no dependa de ningún pacto para volver a gobernar», señaló, desafiando también a Ciudadanos.

Las presiones del equipo de Sáenz de Santamaría para que Casado renuncie a la segunda vuelta se centran en Andalucía, la estructura más fuerte del partido en España, en donde la exvicepresidenta cimentó su victoria con el apoyo del eterno e incombustible dirigente popular Javier Arenas. El presidente del PP andaluz, Juanma Moreno, que durante la campaña expresó su apoyo a Sáenz de Santamaría, aseguró que hará todo lo posible «para que haya una sola candidatura». Luis Ayllón, jefe de campaña de la exvicepresidenta, no pierde tampoco la esperanza y aseguró ayer que «hay que dar tiempo al tiempo», porque el «no» de Casado «no es definitivo».

La suma de porcentajes con la que algunos dan por hecho que Casado se impondrá a Sáenz de Santamaría gracias al apoyo de Cospedal no es tan sencilla. Ente otras cosas, porque el PP ha aplazado hasta el lunes el anuncio de la lista de compromisarios que han sido elegidos para acudir al congreso y que serán a la postre los que decidan. Hasta no conocer ese dato, que debido a la compleja fórmula de elección de la que se ha dotado el PP no tiene por qué coincidir con el porcentaje alcanzado por los precandidatos en cada territorio, nadie puede saber con seguridad con qué fuerzas cuenta de cara a la segunda vuelta y a cuántos compromisarios afines a los aspirantes ya derrotados deberá convencer para salir victorioso en el congreso que se celebrará en Madrid el 20 y 21 de julio.

«Sabemos que uno más uno a veces no son dos. En política las cosas no funcionan así», explicó el coordinador nacional del PP, Fernando Martínez-Maíllo, que añadió que, a pesar de las cábalas que se están haciendo, el resultado no está asegurado. «Esto de atribuirse compromisarios es un juego muy complicado», señaló. Él es de los que apuestan por una lista unitaria.

Andalucía, la delegación más nutrida

Los compromisarios serán los que tomen la voz en el congreso del 20 y el 21 de este mes, y Andalucía es la comunidad que cuenta con mayor número de representantes, 475, el 18 % del total; seguida de la Comunidad Valenciana, con 349 congresistas; Galicia, 279; Castilla y León, 278; Madrid, 207; Castilla-La Mancha, 199; Canarias, 125; Cataluña, 106; y Extremadura, 100. Navarra, con apenas 17 compromisarios; Melilla, 24; Ceuta, 27, y La Rioja, 29, son las que menos aportan.

La vieja guardia se alinea con el aspirante

Aguirre muestra su apoyo a Casado, aunque Aznar evita pronunciarse porque «está al margen»

Pablo Casado nunca renegó en su campaña de la vieja guardia del PP que pasó a un segundo plano en la época de Rajoy. Ayer le devolvieron el guante al candidato a la presidencia.

Esperanza Aguirre fue la más contundente y mostró sin miramientos que su favorito es Casado, al hacer también suyos los argumentos para justificar su intento de buscar alianzas contra Sáenz de Santamaría. Aguirre, tras el resultado, recalcó que este proceso «no es una elección a una vuelta, y por lo tanto los que pasan el corte tienen que atraerse a los que no lo han pasado para que les voten». «Solo debe gobernar el más votado cuando se va a una vuelta, no cuando hay dos», insistió, en los mismos términos que Casado.

La expresidenta madrileña, comunidad donde el aspirante logró sus mejores resultados, cree que este es el candidato idóneo «porque es el que mejor defiende» los valores del partido y el que «mejor puede hacer la refundación que el PP necesita».

Aguirre y Aznar coinciden en la necesidad de refundar el PP y también en cuál es su opción preferida, aunque el expresidente del Gobierno no se quiso pronunciar sobre a quién otorga su apoyo.

Para Aznar la situación es España es lo «suficientemente grave y delicada» como para que los candidatos que van a competir en el congreso sean «muy conscientes» de ello y de que España necesita, «probablemente más que nunca, un espacio de centroderecha y un PP integrado, fuerte y con capacidad» de enfrentarse a amenazas como el «separatismo». Aznar, durante la clausura de los cursos de verano de la fundación FAES que se celebraron en San Lorenzo de El Escorial, insistió en que su posición sigue siendo «la misma», ya que cree que es «absolutamente indispensable la refundación del centroderecha en España y, por tanto, la del PP».

El expresidente del Gobierno, que extendió su felicitación a los otros cuatro candidatos que participaron en las primarias, reiteró que, como Mariano Rajoy, se iba a mantener «al margen» del proceso.