Junqueras intenta arrinconar a Puigdemont

Cristian reino / mateo balín BARCELONA, MADRID / COLPISA

ESPAÑA

BENITO ORDOÑEZ

El líder de ERC se postulará para dirigir la Generalitat si el expresidente no puede ser investido y hoy pedirá al Supremo que, si no lo excarcela, le deje asistir a las sesiones parlamentarias

04 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Juego de tronos en la política catalana. Después de semanas en las que Esquerra ha preferido mantenerse en un segundo plano, dejando toda la presión a Junts per Catalunya, responsable de mover ficha para tratar de investir a Carles Puigdemont, el entorno de Oriol Junqueras dio ayer un paso al frente. Puso sobre la mesa el nombre del exvicepresidente de la Generalitat, encarcelado en Estremera, como posible plan B si el exjefe del Ejecutivo catalán decide permanecer en Bruselas y renuncia a la reelección ante el riesgo de ser detenido y encarcelado. «Si Puigdemont no puede ser investido, Junqueras tiene derecho a ser presidente», afirmó ayer Andreu Van den Eynde, abogado del líder de Esquerra, en la víspera de la comparecencia de su cliente ante el Tribunal Supremo, donde tres magistrados verán el recurso de apelación del reo ante el auto de prisión incondicional dictado por el juez Pablo Llarena.

En el PDECat, y también en Esquerra, aunque en este caso con la boca pequeña, llevan semanas afirmando que no contemplan otra opción que la investidura de Puigdemont y niegan la posibilidad de que Junqueras pueda postularse como alternativa. Pero los republicanos siempre han defendido que si de lo que se trata, como aseguraban los neoconvergentes en campaña, es de restituir al «Gobierno legítimo», su líder deberá encabezar la Generalitat en caso de que el expresidente no regrese. Un jaque en el independentismo que cobraría fuerza si Junqueras sale de prisión después de que la Sala de lo Penal del Supremo examine el recurso. Esa decisión podría colocar al cabeza de lista de Esquerra en el centro de la política catalana, con margen de maniobra y clara ventaja frente a Puigdemont, de quien ha cuestionado en público su estrategia de «esconderse» en Bruselas. La formación independentista ya presionó el martes a sus presumibles socios para que aclaren el futuro del expresidente.

Presidente desde la cárcel

La pugna entre las dos fuerzas soberanistas viene marcando la política catalana desde hace años. Esquerra evitó durante la campaña los ataques a Junts per Catalunya, cuyos dirigentes insistían en que la investidura de cualquier otro candidato que no fuera el suyo conllevaba aceptar a un presidente del 155. «Decir a los votantes que Puigdemont será presidente es más un deseo que una realidad», replicaban los republicanos. Y ayer el abogado de Junqueras afirmó que, incluso desde la cárcel, su cliente estaría en disposición de ser presidente. «Tiene derecho a salir a defender su proyecto en la sesión de investidura y, si fuera investido, sería presidente de la Generalitat y debería volver a la cárcel», remató Van den Eynde en una entrevista en Catalunya Radio, en la que abrió la puerta a pedir el traslado de Junqueras a una cárcel catalana para que pueda acudir a los plenos. La defensa del líder de Esquerra sostendrá hoy en la vista del recurso, que se celebrará a puerta cerrada, que no existen riesgos para mantenerlo preso y apelará a su derecho de participación política tras las elecciones del 21 de diciembre en las que resultó elegido diputado.

Y sobre este argumento central, la decisión final dependerá de la sala integrada por los magistrados Miguel Colmenero, Francisco Montende y Alberto Jorge Barreiro, quienes tendrán en contra de la excarcelación tanto a la Fiscalía del Supremo como a la acusación popular del caso, liderada por el partido Vox.

Junqueras está en prisión desde el 2 de noviembre por riesgo de fuga y de reiteración delictiva y está investigado por los delitos de rebelión, sedición y malversación de caudales públicos por liderar la estrategia del proceso independentista fuera de la ley. En el recurso, presentado a la sala de apelaciones el pasado 21 de diciembre, su abogado alegaba que ya no persistían los supuestos por los que la magistrada de la Audiencia Nacional Carmen Lamela acordó su ingreso en prisión, ya que no existe riesgo de fuga ni de reiteración delictiva. Es más, el programa electoral de Esquerra y los actos que ha hecho Junqueras desde Estremera durante la campaña electoral evidencian su «voluntad pacífica». El Ministerio Público respondió que todavía existen indicios que sostienen la rebelión y basó su postura en el documento Enfocats, encontrado por la Guardia Civil en el domicilio del que fue su mano derecha en economía, Josep María Jové, y considerado la hoja de ruta del procés y principal indicio documental de la causa.

Es fácil prever que la defensa quiera que al final de la vista, que comenzará a las diez y media, el líder de Esquerra se dirija al tribunal teniendo en cuenta que en su recurso se solicitó que pudiera estar presente en la cita, como al final va a ocurrir. Podría hacer una defensa de su proyecto político sin descartar la posibilidad de ser presidente de la Generalitat. Pero, en el caso de que la sala rechace su recurso, pedirá un permiso al juez Llarena para poder asistir el 17 de enero a la sesión constitutiva del Parlamento catalán.