La decisión de la sección tercera de lo Penal de la Audiencia Nacional de apoyar la pretensión del juez Ruz de quedarse también con la investigación de los papeles de Bárcenas que admitió a trámite Gómez Bermúdez no sorprendió a casi nadie, máxime después de escuchar los argumentos de las partes a favor y en contra.
Que no haya sido adoptada por unanimidad, tampoco. Alfonso Guevara, el presidente del tribunal, lo tenía muy claro de antemano. Por eso asumió la competencia para llevar el asunto al pleno de la sala, como había hecho en su día con el caso Faisán, a pesar de que había podido formar el tribunal con los cinco magistrados que integran la sección. Pero no lo hizo.
Quienes conocen bien la larga trayectoria profesional de este magistrado aseguran que en su voto a favor de Ruz no tuvo porqué influir su nulo feeling con Bermúdez después del libro publicado por la esposa de este sobre el juicio del 11-M. La magistrada Ángeles Barreiro, aunque no veía descabellada la pretensión de Bermúdez, llegó a decir que «por sentido común» debía ir todo a manos de Ruz. Ella es de las que nada a favor de corriente. Clara Bayarri tenía muy clara la decisión contraria, de la que deja constancia en su voto particular.
Quien más se jugaba en este envite era la Fiscalía, por aquello de que quien nombra manda.