El Halo tiene el mayor proyecto de vidrio curvo de Europa y lo han hecho en Pontevedra

María Hermida
maría hermida PONTEVEDRA / LA VOZ

ECONOMÍA

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Pontevedresa Group invirtió más de cinco millones para construir hornos y desarrollar tecnologías que le permitiesen lograr este hito industrial

23 mar 2024 . Actualizado a las 18:01 h.

Francisco Barbeito y Elisa Otero, el matrimonio que fundó Cristalería Pontevedresa —ahora llamada Pontevedresa Group— en los años sesenta del siglo pasado echándole unas descomunales agallas y que se convirtieron luego en los fabricantes de vidrio técnico más antiguos de España, tienen que estar sonriendo en el cielo. Eso cree su familia, que sigue adelante con esta firma que acaba de conquistar un enorme hito industrial. Ellos fueron quienes armaron, en sus factorías ubicadas en el cinturón de Pontevedra, el cristal que ahora vemos en el Halo de Vigo y que supone el proyecto de vidrio curvo más grande de Europa.

Lo resume bien Iago González Barbeito, vicepresidente de desarrollo corporativo: «Hemos logrado fabricar piezas únicas en el mundo, nunca antes se había curvado y templado un vidrio de más de cinco metros de desarrollo con impresión digital cerámica vitrificada y degradada en tres dimensiones para lograr un efecto de uniformidad en la piel exterior, preservando la visión desde el interior». Todo empezó hace un año. Pontevedresa comenzó entonces a producir los 2.600 metros cuadrados de vidrio curvado destinados al Halo de Vigo, en un proyecto impulsado por el Concello vigués y diseñado por un equipo formado por AM2, Arenas y Asociados y Noarq, que fue ejecutado por Ferrovial-Oreco y que contó con la participación de numerosas industrias gallegas y españolas.

Para la factoría pontevedresa no supuso un encargo fácil. Muy al contrario, fue un enorme reto ya que no existía maquinaria comercial estándar en el mundo para curvar y templar ese vidrio. La empresa señala que hizo un esfuerzo inversor de más de cinco millones de euros para poder llevar a cabo el proyecto. De hecho, tuvo que construir nuevos hornos de calentamiento y también desarrollar tecnología, como un sistema de curvatura propio. Todo ello dio como fruto el vidrio que ahora es buque insignia del Halo y que Pontevedresa recibiese una inyección de optimismo. El vicepresidente de desarrollo corporativo se emociona al hablar de la obra y señala: «Creo que mi abuelo Francisco, nuestro fundador, está viendo con mucho orgullo desde el cielo lo que hicimos en el Halo». Para entender alguna de las curiosidades del vidrio de este edificio hay que señalar que tiene tan poca distorsión óptica como un parabrisas de un coche pese a su gran formato y a ser templado.

El reto del Halo no se queda en este edificio de Vigo. Pontevedresa Group señala que este proyecto ha actuado de palanca para que se incremente su cartera internacional de pedidos e indica que entre este año y el 2025 espera incrementar el volumen de trabajo alrededor de un 25 % gracias a iniciativas singulares en el mundo de la arquitectura que ahora miran más hacia Pontevedra para fabricar sus vidrios. Todo ello mientras, paralelamente, se afianza también como la industria referente para los clientes del sector naval en el centro y el norte de Europa.

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Con esta previsión de crecimiento y tras el reto industrial realizado, Pontevedresa Group, una empresa familiar caracterizada por contar con una plantilla con mucha experiencia —a Francisco Barbeito, fallecido en el 2020, le encantaba contar que había visto entrar a muchos trabajadores de jóvenes, como aprendices, y les había visto marcharse a la edad de la jubilación—, cree que tiene garantizada la consolidación de los cien puestos de trabajo que genera en el sector industrial en Pontevedra.