Alcoa desoye los llamamientos a retirar los 534 despidos y dar marcha atrás al cierre de la última planta de aluminio

m. sande / F. F. VIVEIRO / LA VOZ

ECONOMÍA

Pepa Losada

«No se puede pedir a una empresa que siga perdiendo dinero», dice la multinacional

04 jun 2020 . Actualizado a las 21:00 h.

Ni los sucesivos llamamientos del Gobierno a su responsabilidad, ni el anuncio del presidente, Pedro Sánchez, de que están buscando inversores, parecen haber convencido a Alcoa. El grupo continúa el proceso informal de consultas previo al inicio del despido colectivo que afectaría a 534 trabajadores de la planta de aluminio en San Cibrao. Desde la multinacional argumentan que «la actual situación es insostenible» y mantienen el plazo de tres semanas para negociar y discutir alternativas con el comité. Este jueves se agotó la primera.

La segunda reunión del proceso fue en Lugo, en el mismo restaurante de eventos y celebraciones donde tuvo lugar la primera. No se avanzó casi nada. Los sindicatos solicitaron a los representantes de la empresa -asistió el presidente de Alcoa en España, Álvaro Dorado- que se discutiera su plan de despidos también con el Gobierno y la Xunta; que lo trasladasen a la mesa multilateral prevista para el próximo martes, con todas las partes presentes. Esa cita será clave. El cierre de la planta de aluminio acarrearía unos 300 despidos también en las empresas auxiliares. En total, más de 800.

Al final de la reunión, los portavoces del comité criticaban «la falta de diálogo por parte de Alcoa». «No les vemos voluntad de negociación. La situación es fea», afirmaba José Antonio Zan, presidente del comité. La empresa les ha vuelto a citar para el día 10.

Desde la multinacional reiteran que «en los tres últimos años la planta de aluminio tuvo pérdidas de 165 millones; para este ejercicio se estiman en más de 54 millones. No se puede pedir a una empresa que siga perdiendo dinero. Hay problemas graves, estructurales, y no está en manos de Alcoa resolverlos». Se refieren a que no hay un marco energético estable que abarate y fije el precio de la electricidad. Y ahora el mercado, además, «está parado» y China ha hundido los precios.

«No se puede pedir a una empresa que siga perdiendo dinero. Hay problemas graves, estructurales, y no está en manos de Alcoa resolverlos»

Los principales clientes de Alcoa en el mercado, como productora de aluminio primario, son los sectores de la construcción y de la automoción, y «están como están», explica el grupo. Su intención con el cierre parcial de la planta de aluminio es «operar con fundición para atender los compromisos comerciales concretos que ya tenemos». Y mantener la planta de alúmina, con algo más de 600 empleados.

El cierre destruiría 3.000 empleos en toda Galicia

AYeconomics es el nombre de una empresa surgida al abrigo de la Universidad de Santiago, que utiliza su tecnología para llevar a cabo estudios sobre la economía gallega. Ahora, en colaboración con el Grupo de Análisis e Modelización Económica (GAME), de la misma universidad, andan inmersos en un análisis sobre el impacto que tendrá sobre la comunidad el posible cierre del complejo industrial de Alcoa en San Cibrao, y ya han llegado a unas conclusiones preliminares.

La investigadora Yolanda Pena Boquete es la directora científica de esa iniciativa empresarial o spin-off. Avanza que una primera estimación calcula en unos tres mil los empleos que se perderían con la posible desaparición de la empresa. En esa cifra se contabilizarían unos 1.500 puestos directos e inducidos (no solo de las auxiliares de Alcoa, también de proveedores como los transportistas, por ejemplo), más otros tantos de negocios minoristas en los que ahora gastan su dinero los trabajadores y sus familias.

Dentro de la sangría laboral que afectaría a los sectores que directamente giran en torno a Alcoa, los más afectados serían los camioneros (139 puestos), pero también se incluirían aquí el ramo de la construcción, de la maquinaria y el comercio, entre otros.

Pena Boquete aclara que esos datos valen si se da la hipótesis de que los operarios despedidos dejasen de consumir y gastar como hasta ahora más que por pérdida de poder adquisitivo —cobrarían subsidios—, por temor a la incertidumbre. «A renda igual non caería tanto, pero si o consumo, deixarían de comprar, e toda a zona da Mariña depende moitísimo desa empresa», razona la investigadora. Los sectores de A Mariña que se verían más afectados serían el comercio minorista, la restauración, y el transporte, entre otros.

Impacto en el sector energético

El cierre del complejo también impactaría en el sector energético gallego. Tanto como que afectaría al 2 % de la producción, según las primeras conclusiones del estudio de AYeconomics y GAME. «O valor engadido do sector enerxético galego é o que máis vai perder», resalta Yolanda Pena.

Otras conclusiones sobre el impacto del aún hipotético cierre de Alcoa son que el índice de producción industrial se resentiría de forma indirecta un 0,4 % en Galicia, y un 0,6 % el consumo.