La hipoteca danesa

Venancio Salcines DIRECTOR GRAL. CESUGA UNIVERSITY

ECONOMÍA

16 ago 2019 . Actualizado a las 10:22 h.

La banca danesa está rompiendo los esquemas al mundo financiero. O, al menos, eso creen algunos. Su hipoteca a interés cero desborda a muchos analistas y la mayoría se pregunta de qué va a vivir la banca. Mala pregunta o, en todo caso, errónea. El sistema hipotecario danés es particular, muy particular, desde 1795. ¿Por qué? Porque la hipoteca actúa de un modo muy similar a un bono. La entidad capta dinero en los mercados y lo destina directamente a un activo, a la financiación de la vivienda. No existe mora para el banco, como tampoco existiría si mañana una empresa privada nos dejara de pagar un bono adquirido en la sucursal de nuestro barrio.

¿Por qué el 0 %? Porque la alternativa más cercana en riesgo, la deuda del Estado, está en negativo a igual plazo. Por tanto, la hipoteca se convierte en un valor refugio a coste cero. Al menos así la ven los ahorradores ¿Y la entidad? Son varias las que las ofrecen, pero, con toda seguridad, exigirán algún tipo de vinculación o venta cruzada, ese será su beneficio. Fidelizan a su ahorrador, al que le proporcionan un vehículo inversor de bajo riesgo, y fidelizan al tomador de la hipoteca, al que vinculan a largo plazo y con una batería complementaria de productos.

En todo caso, no olvidemos que la banca hace ya tres décadas que se observa a sí misma como una empresa de servicios financieros. Es decir, su cuenta de resultados no puede vivir exclusivamente del margen de intermediación. Y no puede por muchos motivos: el principal es que, a tipos tan bajos como los actuales, el margen de intermediación, por sí mismo, no justifica la existencia empresarial de un banco.