Caramelo echó a andar en la década de los setenta. En junio del 2007, Inveravante (el brazo inversor del empresario gallego Manuel Jove) y Sodiga tomaron el 45,2 % del capital. Inveravante llegó a controlar el 92,5 %. A lo largo de los siguientes diez años, la empresa ejecutó varios expedientes de regulación de empleo y finalmente en el 2013 entró en concurso de acreedores.
La última tienda de Caramelo cerró sus puertas en la primavera del 2017 en A Coruña, dando por finiquitada una larga trayectoria. La empresa llegó a emplear en sus mejores tiempos a más de 1.000 personas.