El 2019 tampoco será un año de la leche

Xoán Ramón Alvite Alvite
X. R. Alvite REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

MARCOS MÍGUEZ

Con una mejora de apenas medio céntimo por litro, los ganaderos gallegos siguen entre los peor pagados de Europa

07 mar 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Ni la identificación obligatoria del origen de la leche que entró en vigor hace un mes, ni el nuevo paquete lácteo que vio la luz la semana pasada, ni siquiera el margen de subida que da el diferencial negativo de precios que se sigue manteniendo con el conjunto de Europa o las buenas cotizaciones de los productos lácteos industriales en todo el mundo servirán para que los ganaderos gallegos cobren más por su materia prima. Aunque la coyuntura invitaba a pensar en subidas moderadas para el resto del año, lo cierto es que estas, o no se van a producir o van a ser mínimas.

Contratos Lácteos

Entre medio y un céntimo más por litro. La propuesta de renovación de los contratos planteada por las industrias lácteas durante las dos últimas semanas ha caído como un jarro de agua fría entre los productores. Estos últimos esperaban subidas de precios de entre dos y tres céntimos por litro y se quedarán, en el mejor de los casos, en tan solo uno. «Fálase de subidas dun céntimo que, en realidade, serán de medio, se temos en conta matices coma o do cambios nos pagos por calidade ou os sistemas de indexación de prezos que algunhas industrias queren modificar», explica Román Santalla, responsable de ganadería de UPA, matriz estatal de Unións Agrarias, que se queja de que algunos contratos son difíciles de entender y engañosos para el ganadero pues hacen pensar que la subida es mayor de la que realmente se va a producir. «Xa llelo comunicamos á AICA [Agencia de Información y Control Alimentarios] porque pensamos que isto é un paso atrás á hora de regular de xeito correcto a cadea de valor do leite».

En cualquier caso, la mayoría de las granjas ya han suscrito unos acuerdos -no hacerlo las dejaría sin nadie que les recoja su producción- que tendrán validez durante los próximos doce meses y en los que se incluyen unos precios base que oscilan entre los 28 y los 30 céntimos.

Negociación

Mayor protagonismo para los productores. En un nuevo intento de dar a los ganaderos un poder que ahora no tienen a la hora de negociar los precios de su producto, el pasado viernes se aprobó una modificación del llamado paquete lácteo. Entre otras medidas, este marco normativo ampliará a un mínimo de dos años -ahora es de uno- la vigencia de los contratos lácteos y obligará a recoger en ellos los diferentes precios establecidos en función de los volúmenes de producción. En relación con las organizaciones de productores, el paquete lácteo define, por primera vez, tanto los términos que han de figurar en sus estatutos, como las normas que garanticen a sus miembros el control democrático de la entidad y de la toma de decisiones o las obligaciones a las que están sujetos.

Producción

Galicia sigue creciendo. Por quinto mes consecutivo, la producción láctea cayó en el conjunto del estado. En enero, los ganaderos españoles pusieron en el mercado un 1,8 % menos -12,4 millones de litros, en concreto- que durante el mismo período del año anterior. La excepción vuelve a ser Galicia que sigue en su línea ascendente y ha vuelto a aumentar su volumen de entregas un 0,5 %. La comunidad cerró el 2018 con un récord histórico de producción, al colocar más de 2,7 millones de toneladas de leche, casi el 40 % del total de toda España.

Precios

Más de una década a la cola de Europa. La leche gallega se pagó durante el mes de enero, último período liquidado hasta el momento, a un importe medio de 31,7 céntimos por litro. La cifra, idéntica a la que se registró en el primer mes del 2018, mantiene a Galicia con el dudoso récord de ser, de entre las principales regiones productoras del continente, la que registra las cotizaciones más bajas. Las diferencias con el precio medio español, que es de 33 céntimos -aunque en comunidades limítrofes como Asturias y Castilla y León asciende a 34,9 y 33,4 céntimos, respectivamente-, provoca que las granjas gallegas dejen de ingresar más de tres millones de euros cada mes.