Las vacas suizas se dejan los cuernos

m. m. REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

EFE | MAXIME SCHMID

Los helvéticos votan no a subvencionar a los ganaderos que decidan respetar la cornamenta del ganado

08 oct 2019 . Actualizado a las 14:04 h.

Influido quizá por los anuncios de chocolate, cuando uno se imagina a sí mismo tumbado a la bartola en un bucólico prado de los Alpes suizos, mecido por el ruido del viento sobre la hierba y el son de los cencerros, las vacas que pueblan su bucólica fantasía tienen cuernos. ¿Cómo no van a tenerlos?

Pues se equivocan. Es solo eso, un sueño. Y no solo porque mientras leen esto no estén ustedes plácidamente tirados sobre los verdes pastos viendo pasar las nubes. Sino porque de cuernos, nada. Porque tres de cada cuatro vacas que habitan en el país helvético carecen de cornamenta. Ya sea porque sus propietarios han decidido descornarlas (así es como se conoce esta práctica en el argot ganadero) o porque son de razas ya modificadas genéticamente para que nazcan sin ella. Y cada vez serán menos. O eso parece. Porque los suizos votaron ayer que no quieren subvencionar con dinero público a los granjeros que decidan respetar los cuernos de su ganado. Lo hicieron en referendo, después de que Armin Capaul, un ganadero ecologista de un pequeño valle del cantón de Jura (noroeste del país) reuniera las firmas necesarias para celebrar un referendo y someter el asunto, de vital importancia para él, firme defensor del bienestar animal, a la opinión de sus compatriotas.

Perdió la votación. Un 54 % de los suizos dijeron no a una propuesta cuyo coste anual, según el Gobierno helvético, podría elevarse hasta los 27 millones de euros (la subvención era de 170 euros por vaca y 34 por cabra).

Visto lo visto, todo parece indicar que la mayoría del ganado suizo seguirá pasando por las manos de un veterinario para someterse a una práctica que evita accidentes y permite establos más pequeños.

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