Francia y Portugal dan luz a España

F. Fernández REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

CEDIDA

El sistema eléctrico nacional lleva dos años seguidos comprando más energía de la que vende

25 jun 2018 . Actualizado a las 07:59 h.

Desde el 2016, cuando se duplicó la capacidad de circulación de energía eléctrica con Francia, España compra más luz de la que exporta. Pero no solo de ese país. También de Portugal. El saldo de los intercambios internacionales, que también se efectúan con Marruecos y con Andorra, fue en el 2017, y por segundo año consecutivo, importador. Así lo refleja el informe definitivo sobre el comportamiento del sistema eléctrico nacional el año pasado, hecho público hace unos días por Red Eléctrica de España (REE). Según ese balance, las centrales españolas de producción enviaron a esos cuatro países vecinos 13.649 gigavatios hora, que son un 7,6 % más que en el 2016. En cambio, el sistema importó 22.824, con un incremento del 12,2 %. De estos, 17.066 llegaron desde Francia, a la que España a su vez exportó 4.600. El saldo, de 12.466, fue casi un 60 % superior al registrado el ejercicio anterior. Y eso que el país galo vivió una crisis importante de suministro en enero del 2017 por el parón de buena parte de su parque nuclear. Para salir adelante recurrió a la electricidad española. Este inusual aumento de la demanda fue uno de los factores que explicaron el espectacular incremento del precio del mercado eléctrico en España, que impactó de forma directa sobre la factura de los consumidores domésticos. El recibo de enero del 2017 fue un 28 % más caro que el del mismo mes del año anterior. Salvo por ese bache de producción en el país galo, España importó más electricidad francesa de la que le vendió todos los meses del ejercicio anterior, salvo también noviembre.

Mientras, de Portugal llegaron 5.756 gigavatios hora, un 18 % menos; y salieron 3.071, un 55 % más. Además, España exportó a Marruecos 5.741 y a Andorra, 233.

El saldo final fue importador en 9.175 gigavatios hora, casi un 20 % más que el año anterior. Esa cantidad de energía eléctrica foránea alimentó el 3,4 % de la demanda nacional. El resto, claro, procedió de las centrales autóctonas.

Si el precio es más bajo, compra

Estas operaciones internacionales de energía atienden siempre a criterios de precio. Es decir, España compra fuera electricidad si resulta más barata que generarla aquí y al revés. Aunque este factor económico queda limitado por la capacidad física de intercambio de los tendidos eléctricos que conectan estos países, de momento, bastante constreñida.

REE explica que «comparando la evolución de los precios del mercado diario en Francia y España con la generación renovable en España en los dos últimos años, se observa cómo cuando la generación de origen renovable es elevada en España, los diferenciales de precio con el país vecino resultan más bajos». Es preciso recordar que el 2017 fue un año extremadamente seco. De hecho, la generación hidráulica nacional se desplomó un 50 %. Esto provocó un alza de precios en el mercado español y un diferencial medio con el galo de 13 euros más el megavatio hora.

Entre tanto, «los saldos importadores con Portugal se deben, en gran medida, a la alta producción eólica» en ese país vecino, reconoce Red Eléctrica que también aclara: «Tanto la producción hidráulica como la eólica influyen de manera muy importante en los saldos de los intercambios programados en la interconexión con Portugal. A modo de ejemplo, se puede ver como en un mes con una elevada producción eólica e hidráulica en Portugal, el saldo es importador [hacia España], y con bajas producciones es exportador».