Merkel no se apea del burro

mercedes mora REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Transige con dar más tiempo a los díscolos para cumplir el déficit, pero nada más

26 may 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

análisis La receta germana contra la crisis

Merkel lleva ya tres años gobernando Europa con mano de hierro. Derramando austeridad por cada rincón del continente. A lomos de una coartada perfecta. La que le proporcionaron los mercados en bandeja: la culpa de todo la tienen un puñado de inconscientes que se gastaron lo que no está en los escritos y que ahora han de purgar los excesos. Mantenía -y mantiene, que es lo peor- la germana que solo la austeridad redimiría a la vieja Europa de sus pecados. Que con su fórmula magistral -recortes y más recortes, reformas y más reformas- el paciente recuperaría la salud y todo quedaría en un susto. El brebaje sabría a demonios, sí, pero valdría la pena. Sometiéndose al tratamiento, los díscolos del sur recuperarían la senda del crecimiento.

Pero no ha sido así. La sobredosis de recortes ha desembocado en una recesión general, especialmente virulenta en el sur, con tasas de paro que deberían sonrojar a cualquier dirigente político que se precie.

Muchas y muy reputadas voces -la del nobel Paul Krugman, entre ellas- lo advirtieron hace ya mucho. Desde el principio. Barruntaban la tormenta que se avecinaba. Y el tiempo, con esa manía suya de ponerlo todo en su sitio, ha acabado por darles la razón: la receta alemana no funciona.

Medicina alternativa

Constatado el empeoramiento del enfermo, en Bruselas han estado semanas encerrados en el laboratorio. Se han encomendado a la medicina alternativa y tienen nueva fórmula: dejarán de poner la lupa sobre las cifras de déficit para cargar las tintas con las reformas. Mismo perro con distinto collar, concluyen los críticos, que son legión. Menos da una piedra, que dicen otros.

Conejillos de indias

Ya tienen hasta los conejillos de indias preparados: España, Portugal y Francia. A todos ellos se les otorgará más tiempo para cumplir con los objetivos de déficit. Tan pronto como esta semana que viene.

Pero que nadie espere un giro radical en la ortodoxia europea. Más allá de que los díscolos tendrán más tiempo para meter sus cuentas en cintura y de las políticas sociales que se supone se van a poner en marcha para combatir la lacra del paro juvenil -a ver si es verdad y no se trata solo de retórica- hay poco que rascar.

Erre que erre

Y ¿por qué? Pues porque Alemania está convencida de que su receta es la mejor. Es más, cree que si el enfermo ha empeorado no es porque el medicamento le esté sentando mal, sino porque necesita otra dosis. Y no es solo por cuestiones electorales. Lo peor es que es por convicción. «Austeridad y recesión nada tienen que ver». La frase, pronunciada hace pocos días por el todopoderoso ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, resume el sentir germano a la perfección.

Están dispuestos los alemanes a conceder más tiempo a los del sur. Pero, eso sí, a cambio quieren reformas. Sobre todo, laborales. Opinan que el despido libre todavía queda demasiado lejos. Consideran también deseable otra vuelta de tuerca al sistema fiscal -la reclasificación de muchos productos sujetos al tipo reducido del IVA de forma que tributen al 21 %- y, ni que decir tiene, les tienen echado el ojo a las pensiones.

Rajoy no lo admite. No cree el presidente que Bruselas vaya a reclamarle más reformas en su veredicto de esta semana. «¿Si nos pueden pedir algo más? Yo no lo veo», remarcó hace unos días a preguntas de los periodistas.

Un alivio

El caso es que este miércoles la Comisión Europea certificará lo que todos sabemos, que España tiene hasta el 2016 para equilibrar sus cuentas. Una decisión que, se mire por donde se mire, mejorará las cosas. Nos dará un respiro y, sobre todo, cierto margen al Gobierno para emplear la política presupuestaria en estrategias de crecimiento. Servirá también para que se relajen los inversores, sabedores desde hace tiempo de que los objetivos que había hasta ahora sobre la mesa eran una quimera.

55,9 %

España

La EPA del primer trimestre del año situó la tasa de paro en el 26,7 %.

38,3 %

Portugal

El 17,5 % de la población activa lusa está en estos momentos en el paro.

26,5 %

Francia

En el país galo, la tasa de desempleo es del 11 %, según datos de marzo.