Una unión que ha hecho caer en picado a la española

c. l. redacción / la voz

ECONOMÍA

20 feb 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Hacía trece años que Iberia no sabía que era estar en números rojos al final de un ejercicio. Lo supo de nuevo en el 2009, justo 18 meses después de haber comenzado la unión con British Airways, un enlace forjado en su día como fórmula para poder competir en un mercado en el que comenzaban a aflorar grandes grupos. La idea que dio pie a la boda era ahorrar costes, además de poder negociar con ventaja la compra de aviones. Pero en todo este tiempo parece que nada de eso se ha logrado. La perdedora: Iberia.

Cuando formalizaron los términos del enlace, a mediados del 2008, la aerolínea española contaba con una liquidez de 2.400 millones de euros. La británica tenía un desequilibrio de 2.966 millones motivado en gran parte por el acuerdo de prejubilaciones de empleados. British precisaba dinero para poder soportar ese plan e Iberia lo tenía, además de muchos sitios de donde sacarlo.

Más de cuatro años después, los términos se han invertido. En el 2012 Iberia perdió un total de 262 millones de euros, un dato con el que ahora el grupo justifica la presentación de un ERE leonino.

¿Qué ha pasado? Los representantes de los trabajadores (pilotos, personal de cabina y tierra) lo tienen claro. British quiere fagocitar Iberia, convirtiéndola en una compañía de segunda. La aerolínea alega, por ejemplo, que los costes de combustible han subido un 21 % desde el año 1995. Pero desde el Sepla advierten de que la razón de ese incremento se debe en gran parte a que no se ha invertido en cambiar la flota para adquirir aviones eficientes como tienen el resto de las compañías.

Iberia argumenta también que perdió 95 millones de euros en líneas que piensa abandonar, como los vuelos a La Habana. Para los trabajadores retirar esas rutas no está justificado. Aseguran que están dejando entrar a los competidores en unas trayectos que iban llenos, que eran competitivos, como Iberia.