Ventanillas «made in Germany»

Albino Prada
Albino Prada CELTAS CORTOS

ECONOMÍA

13 sep 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Vistas la limitaciones y prevenciones que el Tribunal Constitucional alemán ha dictado sobre el MEDE, el fondo de rescate permanente de la eurozona, si bien no ha dado la razón a los recursos de inconstitucionalidad planteados, no es menos cierto que cierra, aún más, el paso a una mutualización de la deuda pública en la eurozona del tipo de la que existe en EE.?UU. Ni hablar de eurobonos.

Porque deja paladinamente claro que caminar en esa dirección exigiría un cambio constitucional en Alemania. Un tipo de modificación que está siendo realizada en la Carta Magna de otros Estados (incluida España) pero que es difícil atisbar en aquel país, como no sea justamente en sentido contrario y previo referendo. Un país que, de los diecisiete de la eurozona, parece ser el único que se planteó serias dudas y limitaciones constitucionales al MEDE. No digamos ya a los eurobonos.

Las limitaciones son básicamente dos: para la cantidad y para el procedimiento. Así la responsabilidad alemana queda limitada a una cifra máxima (ante posibles riesgos de impago del resto de los prestamistas), y en el procedimiento tanto se excluye una mutualización indirecta a través del Banco Central Europeo, como se reclama un estrecho control por el Parlamento alemán.

Es obvio que ese tipo de prevenciones ni se plantean para la deuda soberana alemana, con la que se respalda para todos los Estados federados la financiación de su Estado de bienestar, al mismo precio. Pero son prevenciones que salen reforzadas si de lo que se trata es de que los diecisietes socios de la eurozona cuenten con un instrumento similar. De manera que en este caso ni todos los ciudadanos europeos responden por las deudas de todos (cada uno de las suyas, ante sus prestamistas del MEDE), ni las deudas públicas se van a financiar a un mismo coste de un extremo a otro de la zona euro.

Y si solo se puede arar con estos bueyes, no es ya que nos alejemos de una Europa federal, sino que se empuja no poco para que hoy Grecia o Portugal, y mañana España, estrenen la puerta de salida. Salida de un club que, cada día que pasa está más claro, no trata igual a sus socios clientes (antes) que a sus socios deudores (ahora). Socios deudores que, ante mi sorpresa, se las ven tan felices haciendo fila en estas ventanillas del MEDE y del Banco Central Europeo. Ventanillas made in Germany, garantizadas por su Constitucional.