España, con el agua al cuello

f. fernández REDACCIÓN / LA VOZ, AGENCIAS

ECONOMÍA

El riesgo país supera todas las marcas con 610 puntos, mientras la Bolsa se derrumba un 6 %

21 jul 2012 . Actualizado a las 07:05 h.

Si fuera una guerra, sonarían las sirenas avisando de un bombardeo aéreo. Llegan los aviones enemigos con su cargamento mortal dispuestos a conquistar territorio. España está bajo el asedio de contrincantes que no tienen rostros ni nombres, son los mercados, los inversores, los que manejan las finanzas mundiales, y no se fían de España, de la capacidad del país para afrontar sus obligaciones de pago de la deuda. Ni las medidas de ajuste salvaje ni el respaldo del Eurogrupo para financiar el rescate a la banca logran convencer al enemigo. Y la prima de riesgo, la variable que mide el diferencial entre el bono español y el alemán a 10 años en el mercado secundario, sigue subiendo hasta límites insospechados, que hasta ahora parecían imposibles de alcanzar. El riesgo país cerró ayer con el triste récord de 610 puntos, mientras que el interés del bono español a diez años se cotizó al 7,28 %. Además, el miedo se contagió a la Bolsa, que bajó un 5,82 %; es la mayor caída desde mayo del 2010, cuando Rodríguez Zapatero anunció las primeras medidas anticrisis (como la subida del IVA) y se fraguó el rescate a Grecia.

Pero España resiste. Presidencia del Gobierno no reacciona públicamente a la escalada de la deuda, pero sí, aunque escuetamente, la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, quien achacó el fenómeno a la «incertidumbre» sobre la zona euro. Pese a la insistencia de los medios, que le repitieron la pregunta hasta en tres ocasiones, Sáenz de Santamaría se escudó en el ministro alemán de Finanzas, subrayando que coincidía «plenamente» con el análisis que él había hecho de la extrema desconfianza del mercado de deuda en España. «Coincido plenamente con el ministro alemán. Estamos viviendo la situación que estamos viviendo y a veces es incomprensible por la gran incertidumbre que existe sobre la zona euro», dijo, para apostillar que «todos tenemos que trabajar para conseguir que las dudas se despejen».

Tirón de orejas al BCE

El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, quien últimamente está actuando ocasionalmente como portavoz económico, habló para tachar de «clandestino» al Banco Central Europeo (BCE) al no estar haciendo nada para apagar el incendio de la deuda pública, razón por la cual ha abogado por lograr una Europa mucho más federal y solidaria con un banco central más fuerte. Margallo apostó por implantar un sistema de mutualización de la deuda pública, con un Gobierno económico que acorte las diferencias entre los distintos países que comparten moneda con una integración política. Ese proceso del que habla el ministro se conseguirá, en teoría, cuando entre en funcionamiento el mecanismo europeo de estabilidad (MEDE), que tendrá capacidad para comprar deuda de países en dificultades. Este mecanismo está pendiente aún de una sentencia del Tribunal Constitucional de Alemania.

España ha recibido el aliento del ministro de Exteriores de Francia, Laurent Fabius, quien ayer exigió a la Unión Europea que, ante la presión de los mercados, ponga en marcha medidas de apoyo a España y a otros países que también están haciendo «esfuerzos considerables» para lograr el equilibrio presupuestario. De hecho, lanzó un cabo a España durante una rueda de prensa con García-Margallo en Palma.

El portavoz de Economía del PSOE en el Congreso, Valeriano Gómez, instó al Gobierno a que intente «por todos los medios» solicitar la intervención del Banco Central Europeo (BCE).

Este organismo, presidido por Mario Draghi, por su parte, no se pronunció sobre la situación de alarma en España, pero sí anunció en cambio que dejará de aceptar por el momento los instrumentos de deuda emitidos o garantizados por Grecia como garantía en las operaciones de política monetaria del Eurosistema.