Un mal año que anuncia otro peor

erik dobaño REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

El sector inmobiliario en Galicia marcó mínimos históricos durante el 2011, con una caída del 80% en las viviendas iniciadas y del 52% en las ventas desde que comenzó la crisis

09 ene 2012 . Actualizado a las 07:03 h.

«El origen de nuestra crisis es también interno, ligado al hundimiento del sector inmobiliario. Tenemos nuestros propios activos tóxicos, los de la burbuja inmobiliaria», dijo el pasado febrero Juan Manuel Villar Mir, presidente de OHL, la primera de las grandes que escapó del ladrillo antes del pinchazo.

El 2011 acaba de cerrar como el año más malo en la historia del sector y anunciando algo peor para el siguiente. Pero, al menos, el mercado de la vivienda en España ha dado con un diagnóstico más preciso de la crisis. Todos miran hacia la banca, que apila esos «activos tóxicos» que el nuevo Gobierno planea eliminar mediante un «banco malo». Así está el panorama, cada imagen empleada para dibujar los contornos del problema tiene la misma connotación: activos tóxicos, banco malo, grifo cerrado, año crítico? Y la cosa en Galicia, durante el 2011, ha resbalado ya por el mismo tobogán, lo dicen las estadísticas, incorporada plenamente a la crisis.

Los precios. Después de que el precio medio del metro cuadrado en la vivienda nueva se hubiera mantenido estable en la comunidad durante los dos años anteriores, el que acaba de terminar arrojó una caída de un 4,1 %, que sumada al primer bajón, entre el 2008 y el 2009, sitúa el coste de los pisos un 10,2 % más baratos (un 17,8 % si se añade el IPC) que a comienzos de la crisis. Claro que estos son números gruesos. En los municipios más poblados de Galicia se aprecian diferencias notables. Mientras en A Coruña el precio apenas ha caído un 9 %, en Vigo se ha rebajado casi un 30 % (un 14 y un 34 % en términos reales). También hay distintas percepciones sobre cómo marchan los precios.

Los promotores insisten en que el ajuste está tocando fondo; frente a la presión de los compradores, que según la estadística de idealista.com logran a mayores, en todas las provincias gallegas, descuentos del 20 % respecto a la oferta de venta. Esta web atiende al mercado de segunda mano, donde los precios han bajado más. En los municipios de A Coruña y Vigo, en este segmento, los pisos se estarían vendiendo a un 60 % de su coste real en el 2008. Pese a ello, y pese a que todavía los sueldos caen menos que el precio de la vivienda, se vende poco y la financiación, muy escasa, empieza a ser cara.

Las ventas. Desde el 2004 hasta octubre se habían vendido en Galicia 234.000 viviendas (entre nuevas, usadas y protegidas). Dos tercios de las operaciones se registraron durante los cinco primeros años, hasta el 2008, cuando ya empezaron a declinar las transacciones, que cayeron un 20 % más en el 2009, y cerrarán el 2011 (según la proyección de los datos a 30 de septiembre) con un desplome del 46 %. Ha sido un mal año, por debajo de las 14.000 unidades transferidas, el peor desde que Fomento elabora la estadística (2004). Y ello pese a los incentivos, como la eliminación en diciembre del 2010 de la deducción fiscal por la compra de vivienda para rentas superiores a 24.000 euros, que hizo repuntar la estadística en enero y febrero; o la rebaja en el IVA a finales de este año, que tuvo un efecto mucho menor. Ahora se recupera la deducción para todas las rentas como nuevo estímulo. Pero, con el negocio parado, los promotores miran a la banca.

Más competencia y menos crédito. «Hay quien entra en un banco a pedir una hipoteca para un piso y sale con el crédito, pero para otro piso de la cartera de la entidad», explicaba hace unos meses a este periódico David Vilela, presidente de los promotores de Lugo. La banca se ha convertido en un competidor agresivo. Novagalicia lanzó a principios de diciembre una oferta de más mil pisos de su stock, cuatrocientos en Galicia, con descuentos de hasta el 30 %. «En Galicia no tenemos un problema de precios, sino de financiación, tanto para iniciar una obra como para vender los pisos una vez terminados», apuntaba Juan José Yáñez, secretario general de la asociación de promotores, Feproga. Los activos tóxicos guardados en los balances de las entidades financieras son un problema de 176.000 millones, según el Banco de España. Si cae el crédito, caen las ventas y caen las obras. En octubre, la concesión de hipotecas sobre vivienda en Galicia bajó por primera vez de los 1.500 préstamos.

Se desploma la construcción, pero no se reduce el «stock». La promoción inmobiliaria en la comunidad se ha hundido durante el 2011 a mínimos históricos. Cerrará el año en torno a las 3.500 viviendas iniciadas, un 14 % menos que en el 2010, un 80 % menos que en el 2008. Por cada diez viviendas que empezaron a construirse en el 2006, hoy se comienza una. Y ni así, porque el sector arrastra un exceso de stock. A finales del 2010, las viviendas nuevas (menos de dos años de antigüedad) sin vender sumaban casi 40.000 unidades; y la cifra habrá engordado, porque en los dos últimos años se han terminado más de siete mil nuevos pisos que los que se han vendido.

El suelo. Durante el 2011, el mercado del suelo urbano en Galicia redujo su actividad al mínimo (gran parte de las transacciones anotadas corresponden a cesiones a cambio de deuda). En los nueve primeros meses del año se registraron 367 operaciones, un 25 % menos que en el mismo período del 2010, y casi la mitad que en el 2009, cuando la crisis comenzó a golpear con fuerza. El precio del m2 ha caído con la misma intensidad, por encima del 50 % de media en la comunidad.

Daños. La magnitud del derrumbe del sector se mide también en los daños en el empleo (el 2011 termina con más de 40.000 parados registrados en la construcción en Galicia) y en la recaudación municipal que alentó la nueva subida del IBI. También es consecuencia del pinchazo de la burbuja el incremento de los desahucios. La banca, agobiada por su exposición al sector inmobiliario, no solo ha cerrado el grifo del crédito, sino que además ha disparado las ejecuciones hipotecarias (en Galicia el año se cerrará por encima de los 2.000 desahucios, otro récord).