Alemania, la única isla al abrigo de la ofensiva contra la deuda

mercedes mora REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

En medio del vendaval, el país de Merkel se financia a un exiguo 2 %

20 nov 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

La crisis de deuda que asola la eurozona desde hace ya muchos meses -demasiados- ha dado esta semana un nuevo e inquietante giro, irrumpiendo de lleno en países, como Francia, que hasta ahora parecían inmunes al contagio. Ya nadie está a salvo. Bueno... nadie, salvo Alemania. Solo el inexpugnable bund alemán (el bono a diez años) permanece al abrigo de la ofensiva.

Y, eso que algunos, como el presidente del Eurogrupo, Jean Claude Juncker, no han dudado en dar la voz de alarma asegurando que Alemania «tiene un nivel de deuda preocupante, más elevado que el de España, pero eso aquí nadie quiere saberlo». Al político luxemburgués no le falta razón, pero se le olvida de mencionar las ventajas que, para devolver esos préstamos, tiene la pírrica rentabilidad que le exige el mercado para financiar su economía.

Y es que la huida en desbandada de los inversores de países periféricos, y ahora ya también de los no tan periféricos, está permitiendo al Estado germano conseguir financiación a precios históricamente bajos.

El bono germano a diez años se pagaba el viernes en el mercado secundario al 1,9 %. Un rendimiento que ni siquiera cubre la inflación, que en octubre pasado era en Alemania del 2,5 %. Mucha seguridad hay que buscar para conformarse con tan poco. O visto de la otra manera, mucho miedo hay que tener para huir de los bonos italianos o españoles, que ofrecen más del 6 %.

¿Qué la hace tan especial?

Para empezar, una regla constitucional que limita al 0,35 % del producto interior bruto el déficit del Estado, y al 0,15 % el de los Länder. Su deuda, es bien cierto, como dice Juncker, que es muy elevada, pero no la que más (2,06 billones de euros, el 83 % del PIB al cierre del 2010).

También juega a su favor su inquebrantable reputación de fiel pagadora.

Y no hay que olvidar que Alemania ha llegado a la crisis con los deberes hechos. Hasta ahora, ha logrado capearla porque su economía está basada en un férreo control de los salarios para conseguir competitividad, en un consumo bajo y en un gran poderío exportador. Además, cuenta con una extraordinaria flexibilidad laboral que le ha permitido sortear la recesión sin apenas incremento del desempleo. Un dato: su tasa de paro es del 5,8 %, frente al aterrador 22,6 % de España.

¿Cuánto se está ahorrando?

Miles de millones de euros. Si tomamos los 2,06 billones de euros que Alemania tenía en circulación al cierre del 2010, y asumimos que el 20 % de la deuda debe ser refinanciada cada año, -es lo que calculan los analistas-, por cada punto que baja el coste de financiación de su deuda, Alemania se ahorra 4.100 millones de euros.

Resumiendo, que, siempre que no se le vaya de las manos, Alemania puede sacar mucho provecho de esta situación: se financia a precio de saldo y cobra a precio de oro el dinero que le presta a los socios en apuros. Negocio redondo.

¿De verdad, puede Alemania considerarse a salvo de esta crisis?

Pues no. Para empezar, en las últimas subastas el Tesoro germano ha sufrido para colocar los títulos porque la demanda ha sido bastante modesta. Esta misma semana ha captado 4.815 millones de euros en bonos a dos años, frente a los 6.000 que pretendía, a un interés del 0,39 %. Pero eso es lo de menos, lo verdaderamente importante es que puede llegar el momento en el que Alemania se encuentre con un montón de deudas sobre la mesa que no puede cobrar. Y puede que entonces el sentimiento del mercado se vuelva en su contra.

No conviene olvidar tampoco que sus bancos guardan en cartera astronómicas cifras de de deuda (pública y privada) de los países bajo sospecha.

Por no hablar de que no puede pretender seguir creciendo vendiendo sus productos con toda normalidad a países estrangulados por la deuda y la especulación.

Visto lo visto, quizá vaya siendo ya hora de que la señora Merkel deje de aprovechar las primas de riesgo para imponer su férrea disciplina fiscal a los despilfarradores y levante la veda para que el BCE haga lo que tiene que hacer: comprar deuda a destajo para pararles los pies a los especuladores.

Con todo, echando la vista atrás, muy curioso resulta ahora que fuese la primera en saltarse a la torera el Pacto de Estabilidad y Crecimiento que después ha elevado a los altares.

análisis la inexpugnable fortaleza germana

«Si los políticos piensan que el BCE puede resolver la crisis del euro están equivocados»

Angela Merkel

«La deuda alemana es más abultada que la española, pero eso aquí nadie quiere saberlo»

Jean Claude Juncker