Crónica | Inditex apuesta por el Lejano Oriente La multinacional abrirá este año al menos cinco tiendas en Asia, donde tratará de posicionarse en el segmento de lujo, pero ofreciendo precios competitivos
23 feb 2006 . Actualizado a las 06:00 h.Caroline Murphy, una de las modelos más cotizadas del mundo, fue la imagen que utilizó Inditex para presentarse ayer en Shanghái ante más de 30 medios de comunicación chinos, una docena de españoles y siete de otros puntos del planeta. Y es que ayer, la multinacional hizo efectivo su tan esperado desembarco en la llamada China continental, acontecimiento que ha despertado el interés de analistas bursátiles de todo el mundo. ? El acto inaugural comenzó con una relación de los últimos datos de la compañía: ocho cadenas independientes, más de 2.700 tiendas en 62 países, unas ventas que en el 2004 superaron los 5.670 millones de euros y un beneficio neto de 628 millones. Tras las cifras, vino la presentación de las cadenas y, como broche de oro, la exhibición en el cuerpo fotografiado de la treintañera Murphy las colecciones de Zara para la próxima primavera-verano. Los responsables de Inditex optaron por mostrarse parcos y escuetos ante la atención que se prestaba a sus palabras. «Las aperturas ya confirmadas para este año son las previstas en Shanghái (dos, incluida la tienda que hoy abrirá sus puertas al público), Pekín (una), Japón (cuatro, que se sumarán a las 19 existentes) y Corea (una).», dijo Jesús Etcheverría, director general de comunicación de Inditex. Prudente, confirmó que la compañía está siguiendo su esquema habitual de penetración en un mercado: se comienza con un número reducido de tiendas que permiten explorar las posibilidades del país, para después ir ganando masa crítica. Primero llega Zara y, posteriormente, lo hacen el resto de las cadenas. Esta estrategia podría ser también aplicada en el caso chino. Fiesta La puesta de largo de la compañía en este país asiático se celebró con una exclusiva fiesta en la que reinó el mestizaje comercial. Los hombres de negocios y las autoridades locales se mezclaban con las modelos y los responsables de las tiendas. De esta forma, Zara, aunque en ocasiones lo dice con la boca pequeña, ha optado por presentarse en el continente asiático como una marca del segmento de lujo que compite en precio frente a Armani, Calvin Klein o Loewe. Su estrategia pasa por captar a los clientes multimillonarios que viven en esta zona del planeta. Y es que el resto de la población de este país comunista es muy pobre o no gasta dinero, ya que según explican los expertos en comercio exterior, el nivel de ahorro de una familia media china ronda el 40% de sus ingresos. Las prendas con la etiqueta Zara se venderán en China un 10% más caras que en Europa, con excepción de España. Inditex comenzará así a comercializar sus productos en un país en el que compra (principalmente los básicos y fondos de armario) desde 1989. La multinacional tendrá en cuenta los gustos, tallas y precios del país asiático para elaborar sus colecciones. Ayer, por ejemplo, las jóvenes veinteañeras chinas se probaban la ropa de la línea infantil. Además, según argumentan desde la empresa, los salarios que abonarán se sitúan en la media del sector. Pero lo cierto es que los sueldos en China, vistos con ojos occidentales (análisis poco ortodoxo), son bajos. En el almacén donde Inditex tiene sus productos trabajan unas 12 personas, que etiquetan también prendas de otras marcas. Su dueño no quiere decir cuánto ganan, pero asegura que en China la jornada laboral es de unas diez horas diarias mientras que el salario medio ronda los 1,7 euros por hora. Un edificio centenario Zara ha elegido para su emplazamiento en Shanghái un edificio que en los años veinte del pasado siglo albergó el consulado de España. Construido en 1913, está ubicado en el centro de la principal área comercial de la ciudad. La tienda, con una fachada de 30 metros, ocupa unos 2.000 metros cuadrados, de los que 1.400 estarán dedicados a la venta.