Toda Galicia vivió ayer una nueva jornada de protesta económico-laboral convocada por el sindicato nacionalista CIG, que organizó manifestaciones y concentraciones en las principales villas. Se protestaba por la política económica y por los recortes en general, y por el rescate a las entidades financieras en particular. En la zona norte de la provincia, hubo actos en Pontevedra, en Vilagarcía y en A Estrada.
La más numerosa de estas fue la celebrada en la capital de la provincia, que contó con la participación de unas doscientas personas. Entre los asistentes en la ciudad del Lérez estaba el portavoz nacional del BNG, Guillerme Vázquez.
La protesta salió a mediodía de la plaza de A Ferrería y modificó el recorrido previsto para detenerse en la confluencia de Michelena con Gutiérrez Mellado, donde se encuentran las principales sucursales bancarias en la ciudad. Allí se dirigió a los asistentes el secretario comarcal del sindicato, Rafael Iglesias, y se lanzaron proclamas contra el PP, contra la Unión Europea y contra las entidades financieras, los mercados y los recortes.
Una pancarta que decía Paremos o saqueo á clase traballadora encabezaba la marcha.
El mismo lema que en Pontevedra abría la manifestación celebrada en Vilagarcía, que salió de la Casa del Mar y recorrió las principales calles de la ciudad. La participación fue escasa.
Conflictos laborales abiertos
Por su parte, en A Estrada se celebró una protesta delante del Concello, que contó con más de medio centenar de participantes. En ella participaron, entre otros, trabajadores de las empresas Galisec o Cometal, con conflictos laborales activos en estos momentos. El responsable comarcal de la CIG, Antón Álvarez Merayo, incidió en el impacto a nivel local tanto del rescate como de las políticas laborales. También hubo respaldo de representantes del BNG de la zona.
La anécdota de la jornada vino de la forzosa convivencia de los manifestantes de la CIG con decenas de banderas españolas en las calles con motivo de final de la Eurocopa. El caso más llamativo se dio en A Estrada, donde un niño de origen asiático no dudó en enarbolar su bandera española durante la concentración del sindicato nacionalista, delante del Concello.