Una familia produce de modo experimental 220 litros de baja graduación
30 dic 2011 . Actualizado a las 06:00 h.Para despedir el año, nada mejor que un brindis. La Fundación Desarrollo Producto Ecológico de Galicia organizó ayer en A Estrada uno especial. No era con champán francés ni con cava español. Ni siquiera con sidra Manzanova, aunque su producción tenga mucho que ver con el municipio estradense. Los vasos se alzaron llenos de sidra de pera. Se llenaron y se vaciaron varias veces en una cata comparativa entre la sidra de pera autóctona producida de modo experimental y la comercializada con éxito en el Reino Unido.
La Fundción pretende impulsar el aprovechamiento del potencial agrícola de la comarca a fuerza de recuperar productos autóctonos y de buscarles salida en el mercado a través de sus diversas vías de transformación. En este ámbito se enmarca la producción de sidra de pera.
Según explicó ayer el gerente de la Fundación, Manuel Barcala, la idea surgió el verano pasado, al ver la cantidad de peras de calidad que se estaban echando a perder. El colectivo se decidió a ensayar aprovechamientos de la fruta alternativos a su consumo de mesa. Había que buscar alternativas para las peras con pequeños golpes o moteados que las hacen menos atractivas para consumir directamente y para las que simplemente no encuentran mercado fácilmente.
El experimento se hizo con las peras producidas en la finca que la familia de Teresa Puente tiene en la parroquia de Ribeira. Se recolectaron 400 kilos en frutales con más de medio siglo de vida de tres variedades diferentes: Mantecosa Harley, Triunfo de Viena y Champion.
Bebida 100% natural
El proceso de elaboración no podía ser más sencillo. Las peras se cortan en trozos pequeños que se dejan macerar durante 24 horas, para que la mezcla coja el gusto de la piel. Transcurrido ese tiempo se realiza un prensado suave. «Non convén apretar demasiado. Apretando máis sácase maior rendemento, pero a sidra perde calidade», explica Manuel Barcala. A los 20 días, las peras recién prensadas sufren una fermentación. El resultado es una sidra de pera 100% natural, sin tratamiento de la fruta en la finca ni aditivos en la bebida.
La sidra conseguida es de baja graduación. La bebida ronda los cuatro grados y, pese a no haber trascendido el ámbito doméstico, ya tiene algunos devotos. Los 400 kilos de peras han dado 220 litros de sidra embotellada con una fermentación. El próximo año se probará con dos. Por el momento, el producto no se comercializa, pero el experimento ha salido bien y la bebida parece tener futuro.
«A pera ten moito azúcar. O zumo recién prensado é un espectáculo, ten un sabor exquisito. A sidra ten un sabor bastante distinto da de mazá, un sabor máis potente, con un carácter propio que sorprende», explica Manuel Barcala.
El responsable de la Fundación está convencido de que «temos un mercado por diante». No obstante, reconoce que primero habrá que salvar un escollo fundamental: la falta de explotaciones organizadas de pera y el abandono de algunas variedades típicas de Galicia, como la pera Urraca. El colectivo está dispuesto a trabajar para que la sidra de pera se haga hueco en tiendas y tabernas.
crónica cata navideña en a estrada