Los viejos autobuses de Codeseda

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Crónica | La parroquia estradense fue pionera en transporte público de viajeros Un chofer de La Estradense creó su propia empresa, con varios recorridos, en los años veinte

15 dic 2003 . Actualizado a las 06:00 h.

A principios del siglo XX, los carruajes de Mato, tirados por caballos, constituían la única posibilidad de los vecinos de Codeseda para viajar por las carreteras de A Estrada para llegar a municipios limítrofes y hasta Santiago. Cuando llegaron los primeros autobuses, esta parroquia, que siempre fue la más poblada del municipio, fue pionera en la creación de pequeñas empresas de transporte de viajeros. En el último número de la revista cultural Tabeirós-Terra , Luís Porto explica, en un pequeño reportaje , parte de la historia de aquellas iniciativas, de sus empresas, autobuses, líneas y chóferes. La primera empresa de transporte público de viajeros que surgió en Codeseda lo hizo de la mano de José Álvarez Gómez. Hasta entonces, los carruajes realizaban servicios discrecionales trasladando a las gentes, y sus mercancias, a las localidades cercanas y a sus ferias. Plus Ultra José Álvarez dejó su trabajo de chófer en La Estradense, para crear su propia empresa, que denominó Plus Ultra, tras hacerse con un pequeño autobús. Tuvo que adquirir el chasis y el motor, como era habitual en aquellos años, y después carrozarlo para el uso que deseaba. Este hombre contaba con un carné de primera, que le habilitaba para conducir todo tipo de vehículos. La empresa acabó contratanto a varios chóferes, como Manuel Quibén, Manuel Barros o Manolo do Lino y José Sieiro, personajes que quedaron ligados posteriormente a la memoria de Codeseda y de sus autobuses, incluso con empresas y líneas que se salían del ámbito parroquial y municipal. La empresa Quiben y, posteriormente, la de Sieiro tomaron el relevo en los años y en las décadas siguientes, ampliando los recorridos y ajustando su oferta a una creciente demanda de viajeros en una época de esplendor para aquellos viejos autobuses. En los sesenta, la competencia ya se hizo más insoportable para estas pequeñas empresas locales, que acabaron desapareciendo en esa década. En sus últimos años, las empresas subsistieron gracias a viajes que se organizaban para acudir a las ferias, recorridos hasta la capitalidad y excursiones que se organizaban tanto en Codeseda como en las parroquias limítrofes. Luís Porto aporta también detalles de la vitalidad y vida social de Codeseda en los años veinte. En relación también a esta parroquia, resaltar que el alcalde ya solicitó el ensanche de la carretera de Campolameiro con zahorra bien compactada en los arcenes.