El portugués se confirma entre los zagueros más respetados de la Tercera RFEF en Galicia mientras trabaja en la Pescadería Chavinesa y entrena a la SD Viveiro juvenil B
16 nov 2025 . Actualizado a las 21:38 h.Si contar con una sólida ética de trabajo es un valor esencial para triunfar en el fútbol, Diogo Jorge da Silva Petiz (Santa María da Feira, Portugal, 2000) puede seguir soñando con alcanzar una progresión importante. No solo por sus méritos como defensa central de un Viveiro CF con el que disputó más del 95 % de los minutos posibles en las diez primeras jornadas de Tercera Federación. Tres años después de marcharse de su país, compagina sin flaquear sus labores de jugador con las de entrenador en el juvenil B de la SD Vivero y trabajador en la lonja de Celeiro.
«Empiezo, con suerte, a las seis. Muchas veces es a las 5.30. Cuando salgo, ya es hora de comer y después duermo una siesta, que es superimportante con tan pocas horas de sueño», relata un chaval que madruga de lunes a viernes para preparar y repartir mercancía de la Pescadería Chavinesa, prepara a la cantera tres días y entrena con el Viveiro en otros cuatro, además de los partidos del fin de semana.
«Busqué algo para complementar lo que gano y ocupar un poco el tiempo. Estudiar no me gusta mucho», confiesa Diogo, que tras unas breves experiencias en España con Jerez de los Caballeros, Bolullos y Villafranca, llegó al Kiko Rey-Cantarrana en enero del 2024 y ya el pasado curso desempeñó un trabajo de fines de semana en la Pizzería Tutto. «Era menos exigente. Aquí me encargo de preparar pescado, enviarlo, entregar cajas y mercancía a los restaurantes... Y poco más», relata «contento» con el trato de sus jefes y compañeros.
«Cuando despierto de la siesta, voy al gimnasio, luego al entrenamiento de los chavales y después al nuestro. No me queda hueco para nada más», detalla quien solo tiene «libres» las tardes de los martes. Lunes, miércoles y viernes dobla sesiones sobre el campo, mientras que el jueves «solo» trabaja con el cuadro de Tercera Federación. No obstante, se confiesa feliz con sus tareas: «Ser el entrenador principal del juvenil B es un desafío que no me esperaba. Creía que iba a entrenar en fútbol-8 —hasta alevines incluidos—, pero me va mucho mejor de lo que pensaba. Los chavales tienen ganas de aprender y mejorar y yo trato de ayudarles a conseguirlo», relata de un desempeño no tan diferente del que, considera, ejerce entre adultos en el Viveiro CF.
«Intento ayudar a los más nuevos. Mi objetivo dentro del vestuario es ese, ayudar a todo el mundo. Quiero ganar y para eso es importante que todo el mundo se sienta bien», destaca en el comienzo de su tercera campaña en un club celeste acostumbrado a sufrir numerosos cambios en su plantilla cada verano. Una realidad que no impide a su entrenador, Alberto López, mantener una alta exigencia en la sexta campaña consecutiva del club en Tercera Federación.
«Creo que el arranque de temporada ha sido normal, dentro de lo que somos. Tenemos muy buena plantilla, pero bastante corta, y creo que, cuando acertemos un poco más arriba, sacaremos mejores resultados», destaca uno de los baluartes defensivos de un equipo que en el mediodía de este domingo recibe al Atlético Coruña Montañeros con 11 puntos y tres de margen sobre el descenso tras diez jornadas. «Hay que seguir currando en la misma línea. Jugando serios como en los últimos partidos, vamos a perder muy poco», asegura.
«Frustrado» en Portugal
A sus 25 años y reivindicándose como uno de los defensores más poderosos del grupo gallego de Tercera, Diogo prefiere centrarse en el presente y no despistarse con grandes planes de futuro. «Solo intento disfrutar de cada entrenamiento, mejorar día a día, asimilar las ideas del entrenador y hacerlo lo mejor posible en los partidos. Hacer todo lo posible para ganar, pero, sobre todo, esforzarme, estar satisfecho conmigo mismo y ya veremos qué pasa», detalla un currante en el campo de fútbol y la lonja.
«En Portugal estaba un poco frustrado, sentía que no había oportunidades. España está siendo una aventura muy grande. Ya jugué en Extremadura, Sevilla y ahora aquí. Me han gustado mucho los tres sitios. Ahora estoy muy contento aquí, pero no tengo ni idea de qué va a pasar y tampoco depende solo de mí», cuenta un defensa «muy a gusto con todo el mundo y el equipo» en Viveiro.