Bajo mi punto de vista, el Real Madrid es el gran favorito. El principal argumento para afirmarlo es que la Liga de Campeones es su competición fetiche. En la ida, el resultado no fue excesivamente bueno, pero tampoco parece que le vaya a jugar en contra.
El inconveniente para el conjunto blanco es que Ancelotti todavía no es capaz de cuadrar bien el engranaje del equipo como una unidad. Sigue bebiendo de las individualidades de Vinicius, Rodrygo y Bellingham para sacar adelante los partidos. Si el Real Madrid mejora como equipo en ataque y defensa, pasará. Si no se pone las pilas en estas facetas, los alemanes tienen opciones.
El Bayern de Múnich ha tenido un año irregular: su rendimiento en las demás competiciones no ha estado a la altura y su entrenador ha sido muy cuestionado. Ya que es la única competición que tienen en juego, cuentan con bastante implicación, pero tendrán que hacer muy bien las cosas y contar con que el Real Madrid no sea capaz de desplegar su juego.
La titularidad de Lunin, ya confirmada por Ancelotti, es una opción fantástica. Más allá del riesgo que reviste poner bajo palos a Courtois, por su gran capacidad. Ha crecido mucho esta temporada, tiene una gran salida de balón y mucho poso en situaciones límite.
En el Bayern, Musiala destaca como la única gran individualidad que puede decantar el partido hacia su lado. En el Real Madrid, Vinicius y Rodrygo son los jugadores a tener en cuenta. Ambos sobresalen por su talento y su gol. Ninguno de ellos necesita mucho más que un par de metros para poner las cosas a su favor. Serán los grandes generadores de peligro del cuadro blanco y pueden ser fundamentales para pasar a la final.