Guliyev, la sorpresa del día

Xosé Ramón Castro
x. r. castro REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

JEWEL SAMAD | Afp

El turco sucede a Bolt como campeón en los 200 metros en una carrera en donde Makwala se hundió y a Van Niekerk le falló el final

11 ago 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Ni Makwala ni Van Niekerk, Ramil Guliyev es el sucesor de Usain Bolt como rey de los 200 metros. En el Mundial de las sorpresas, y de las bajas temperaturas para la velocidad, el turco nacido en Azerbaiyán se llevó uno de los oros más abiertos de todo el campeonato.

El desarrollo integral de los 200 metros de Londres es digno de un guion de película. Después de su exhibición en los 400, Van Niekerk era el gran favorito en las apuestas para repetir el doblete histórico de Michael Johnson 27 años después. Isaac Makwala, uno de los 40 afectados por una intoxicación y a quien la IAAF no dejó tomar parte en la final del 400, se había convertido en el favorito del público después de su salomónica clasificación teniendo que correr una serie en solitario y clasificándose para la final corriendo en una calle repleta de charcos.

Pero el hombre de Botsuana quizás extenuado de su exhibición del miércoles y tras una espectacular puesta en escena en la curva, fue perdiendo gas hasta quedarse en el furgón de cola. Van Niekerk, que no se marchará de Londres como el heredero de Bolt, hizo todo lo contrario. Entró por tiempos en la final pagando el esfuerzo de la final del 400, y llegado el gran día hizo una carrera en progresión que a falta de 30 metros le colocaba el oro al cuello.

Pero en el medio de los dos volaba, y en una final que doce años después carecía de presencia jamaicana, un clásico de las grandes citas de la velocidad que aprovechó su momento. Guliyev salió bien, mantuvo un codo a codo con el sudafricano en la curva y supo esperar su momento en la recta. No se cegó por el cambio del amigo de Usain y se guardó un cambio para pisar primero la línea de meta. Ganó con un tiempo de 20,09 segundos y con un margen de dos centésimas con respecto a Van Niekerk, que se quedó a las puertas de la historia. El bronce no fue tampoco para Makwala, que se lo merecía, sino para el trinetense Jereem Richard, que fuera del foco completó una estupenda carrera e incluso se quedó a una centésima de la plata.

Guliyev, de 27 años, no es un desconocido. Nacido en Azerbaiyán decidió nacionalizarse turco ante la falta de ayudas a su deporte, un blanco miembro de la corte de los que han bajado alguna vez de 20 segundos en los 200 (hizo 19,88 en el 2015 en Zagreb). El ahora turco fue el año pasado subcampeón de Europa por detrás del español Bruno Hortelano y en los Juegos de Río acabó en la octava posición de la misma final.

Una nueva sorpresa en un Mundial que a falta de grandes marcas está deparando resultados inesperados

Ruth Beitia alcanza la sexta final de altura de un Mundial 

Ruth Beitia estará a sus 38 años en su sexta final de un campeonato del Mundo. Lo hizo saltando al tercer intento 1,92 metros, la frontera que saltaron doce atletas, por lo tanto las doce finalistas, no siendo necesario subir el listón hasta el 1,94 en donde la IAAF había establecido el corte de la calificación.

La cántabra saltó a la primera el 1,80, hizo lo mismo cinco centímetros más arriba y repitió acierto en el 1,89, pero en el 1,92 en donde se situaba la clasificación, hizo nulo en los dos primeros y solucionó el pase en el último salto. Plantarse en la final del sábado (20.05 horas) es el primer paso en un año complicado en donde la capitana estuvo lejos de sus marcas después de cuatro meses muy malos. Ayer, al levantarse, ya tiró de su tradicional optimismo: «Ring ring.... quién es??? Soy la felicidad, las ganas de saltar, soy el aquí y el ahora». Y saltó a la final.