Víctor Senra se merienda el cocido

DEPORTES

El líder del Gallego se adjudicó ocho de los diez «scratchs» del día en Lalín

05 mar 2017 . Actualizado a las 17:06 h.

Víctor Senra (Ford Fiesta R5) mostró músculo en la jornada de ayer, la segunda del Rali do Cocido al imponerse en Lalín adjudicándose ocho de los diez scratchs del día y, con ello, su segunda victoria en las dos carreras que se llevan disputadas en el Campeonato Gallego de ralis de asfalto.

El piloto de Olveira tenía a su derecha en el podio a Alberto Meira y a su izquierda, a Iago Caamaño. El de Vincios y el coruñés (que había sido el más rápido en el tramo espectáculo del viernes) fueron los únicos que le plantaron cara al líder, pero Meira no acaba de resucitar a su Mitsubishi Lancer Evo X (herido por la normativa) y Caamaño sufrió un inoportuno pinchazo en su Fort Fiesta R5 en el décimo tramo (Rodeiro - Dozón) que le noqueó en la lucha por la segunda plaza. En ese mismo sector, Senra dio un trompo que solo sirvió para apretar una clasificación que parecía decidida desde por la mañana.

Porque Víctor Senra salió a morder el Cocido desde el primer acelerón. La suciedad fue un hueso que tuvo que roer y el de Dumbría salió reforzado del envite. Tres scratchs seguidos para abrir boca en el primer bucle matutino, y con Iago Caamaño y Alberto Meira a más de medio minuto a las primeras de cambio. Arriesgó Senra para poder conservar, por decirlo de alguna manera, en el resto de la carrera.

Se hacía eterno el Rali do Cocido para ser del certamen autonómico. La preinspección para el Campeonato de España lo extendía hasta los 172 kilómetros cronometrados (el doble de lo habitual en el Campeonato Gallego) y los pilotos lo acusaron (acabaron 44 de los 83 inscritos) pero el nivel fue tan elevado incluso en términos de seguridad, que el rali lalinense se llevó todos los elogios de los emisarios de la Federación Española de Automovilismo que acudieron para probar si el Cocido era apto para el Nacional. Continuó la carrera con un chaparrón que complicó las vías pero no frenó a Víctor Senra, que aún se adjudicaría cuatro tramos más.

Hasta que llegó el décimo, Rodeiro - Dozón, en el que el público contuvo la respiración viéndole dar un trompo. Meira aprovechó la coyuntura y Caamaño tuvo que asumir un pinchazo demoledor. Ocupó su lugar en el parcial Iago Silva, que acabó llevando su Porsche 911 GT3 Rallye a una cuarta plaza que recuerda a la del otro Porsche, el de Iván Ares, en el rali anterior.

Quedaba el epílogo de una carrera memorable, no por igualada como lo fue la de A Coruña, sino por el aroma a Nacional que desprendía (por cierto, Vinyes abandonó). Dos tramos que acabaron siendo uno y medio por el percance de Pedro Nuno Almeida en la última entrega, cerrando un ciclo de un Rali do Cocido que también comenzaba con un tramo conteniendo la respiración tras el vuelco de Adrián Torreiro. Ambos buscarán su revancha en la próxima edición.