Estados Unidos apunta al oro en España con menos estrellas pero igual ambición

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El diario «USA Today» calificó al equipo de Kryzewsky de «vulnerable» y ya no los califican de «Dream Team»

03 ago 2014 . Actualizado a las 21:43 h.

Sin las megaestrellas de otros torneos, el diezmado seleccionador de Estados Unidos apuesta a una intensa preparación, al talento y a un mayor juego en equipo para sostener en el Mundial de baloncesto de España la hegemonía que recuperó en los últimos certámenes internacionales.

Del combinado que conquistó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Londres apenas quedan rastros en los entrenamientos que el equipo realiza en el Thomas & Mack Center de Las Vegas. Por razones personales o lesiones, el técnico Mike Krzyzewski no contará para el Mundial que comienza a fines de agosto con astros como LeBron James, Kobe Bryant, Carmelo Anthony o Chris Paul. Tampoco estarán Kawhi Leonard, reciente campeón de la NBA con los San Antonio Spurs, LaMarcus Aldridge, Russell Westbrook, Blake Griffin y Kevin Love. Ni Paul George, que se fracturó la tibia y el peroné tras una grave caída en un entrenamiento el viernes.

Krzyzewski deberá apelar entonces a jugadores como Bradley Beal o Andre Drummond, que acaban de finalizar su segunda temporada en la NBA con los Washington Wizards y los Detroit Pistons, respectivamente.

El diario USA Today no dudó en calificar al plantel como «vulnerable», especialmente bajo los tableros. Allí no estarán Love y Aldridge, por lo que casi todo el trabajo recaerá sobre Anthony Davis, quien ya fue campeón olímpico en 2012.

DaMarcus Cousins y Drummond serán piezas de reserva entre los pívots, aunque su nula experiencia internacional podría jugarles en contra. En especial teniendo en cuenta que España, el otro gran candidato al título, cuenta en esa posición con un trío temible: Serge Ibaka, Marc y Paul Gasol.

«¿Puede este debilitado equipo ganar el oro mundial?», se preguntaba la revista Sports Illustrated ante el panorama que exhibe un equipo al que ya nadie calificaría como «Dream Team».

Más allá de los incovenientes, todo el equipo está convencido de la respuesta: sí, puede. Krzyzewski y Jerry Colangelo, el jefe de la federación estadounidense, confían en un plantel que pese a las bajas ofrece un talento que casi ningún otro país puede imitar.

Krzyzewski viene apostando desde hace años por jugadores polifuncionales y cree que la falta de tamaño y experiencia bajo los tableros puede ser compensada con la potencia atlética de sus dirigidos.

De hecho, en la final de Londres 2012 Estados Unidos puso en cancha un equipo sin tantos centímetros ante España y la apuesta rindió sus frutos. El equipo norteamericano se impuso 107-100 en buena medida gracias a la intensa presión defensiva que pudo ejercer.

El plantel de todas formas no carece completamente de estrellas. No está LeBron James, pero sí Kevin Durant, el jugador más valioso de la última temporada. En la base tampoco faltará calidad pese a las ausencias de Paul, Westbrook o Deron Williams. En esa posición el equipo cuenta con una figura del nivel de Derrick Rose.

El base de los Chicago Bulls apenas pudo jugar diez partidos en las dos últimas temporadas debido a sus lesiones de rodilla, pero en el inicio de los entrenamientos con su selección aseguró encontrarse en su mejor nivel. Y el propio Krzyzewski certificó que Rose está incluso en «mejor forma que hace cuatro años».

En 2010, Rose guió junto a Durant a Estados Unidos a su primer Mundial desde 1994. «Mi nivel de confianza está por el techo», afirmó pletórico de confianza el base.

Pese a que el Mundial no suscita aún grandes expectativas en el público estadounidense, Krzyzewki y sus pupilos demuestran máximo profesionalismo en la preparación para el debut del 30 de agosto ante Finlandia.

Los tiempos de arrogancia quedaron definitivamente atrás en el equipo, que aún guarda en la memoria el humillante sexto puesto del Mundial de 2002 y el insuficiente bronce de 2006.

Jugadores como Durant, Davis, Rose o James Harden están ya habituados desde hace años a jugar con el mismo sistema en la selección. Una continuidad que, sumada al talento individual, permite a Estados Unidos llegar con la ambición intacta.