Arbitraje a toda velocidad

Pablo Gómez Cundíns
pablo gómez REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

María Eugenia Gil Soriano complementa sus cualidades de atleta velocista y árbitro de fútbol de categoría autonómica para dibujar un futuro prometedor

25 mar 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

El atletismo pule la condición física de una de las colegiadas con mayor proyección del fútbol gallego. El arbitraje refuerza el carácter de una de las velocistas con más futuro del atletismo en Galicia. El denominador común de tan halagüeño futuro para el deporte galaico tiene nombre propio: Eugenia Gil (Mérida, 1996).

Esta coruñesa de adopción prepara sus exámenes, dirige con mano firme y acertado criterio partidos de fútbol de Primera Autonómica, y se quedó a un suspiro de la final de 400 en el Campeonato de España júnior de pista con mejor marca personal (58.85). Eugenia es habitual en los nacionales de pista cubierta y al aire libre, tiene el récord gallego de 300 metros, y es campeona gallega júnior de 400 (y subcampeona absoluta). «Cada vez me exijo más. Acaba un entrenamiento y ya quiero empezar otro. Y disfruto», explica. «Seguiré corriendo, pero estudiaré INEF. Imposible vivir del atletismo», reflexiona.

Vicente Veiga la moldeó para el atletismo, entre el colegio Hogar de Santa Margarita de A Coruña y el Club Marineda Atlético. «Posee condiciones innatas. Vi su talento en diez minutos, en sus movimientos, fuerza elástica y dinamismo. «Tiene mucho futuro, yo diría que en los 800 metros. Superó la difícil transición de cadete a juvenil con estabilidad y madurez», analiza. Igualmente bien la conoce el delegado arbitral de A Coruña, Roberto Jallas, uno de los responsables de que la promoción del Comité Técnico Gallego de Árbitros de Fútbol dé frutos como Eugenia Gil (que dirigió el primer Teresa Herrera femenino de la historia). «Tiene una capacidad de aprendizaje sorprendente y mucho carácter. Si comete un error, su arbitraje no se ve afectado», explica.

Más decisivo que la violencia arbitral en los inicios de Eugenia Gil fue su entorno. «Mi hermano Álvaro y mi mellizo Marco arbitraban en Primera Autonómica. Los iba a ver, lo comentábamos en casa. Después se unió Carlos, que está en Tercera Autonómica. Nos grabamos para ver los fallos. Entonces no pensaba en lo que hay que aguantar. Quiero creer que iremos hacia la normalidad y que se respetará a las mujeres, y a los árbitros», argumenta.

Vicente Veiga, Roberto Jallas y Eugenia Gil coinciden en la compatibilidad de ambas actividades. «Hay algo que conecta al arbitraje y al atletismo. El primero sin el segundo no es nada. Ante todo, debes ser atleta. Para llegar a la jugada con mayor porcentaje de acierto. No ves lo mismo si llegas cansada. El 800 me dará el equilibrio perfecto entre velocidad y resistencia», concluye.