El método en la ciudad del caos

josé m. fernández REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

Benítez saluda a los aficonados del Nápoles tras clasiifcar al equipo para la final de la Copa.
Benítez saluda a los aficonados del Nápoles tras clasiifcar al equipo para la final de la Copa. C. HERMANN< / span> Afp< / span>

Tras las complicadas experiencias en el Inter y el Chelsea, Rafa Benítez, triunfa en el Nápoles, que ya es finalista en la Copa de Italia

14 feb 2014 . Actualizado a las 14:22 h.

El método en la cuna del caos. Rafa Benítez en Nápoles. Una inesperada mezcla que, sorprendentemente, funciona. El técnico español ha llevado al conjunto napolitano a la final de la Copa de Italia al dar la vuelta a la eliminatoria de semifinales ante el Roma, al que venció con contundencia 3-0 y al que privó de su deseada final en el Olímpico de la capital el 3 de mayo ante el Fiorentina. Paradójicamente, después de un par de experiencias dolorosas al frente de dos grandes -Inter y Chelsea-, Rafa Benítez (Madrid, 1960) parece encontrar en el sur de Italia, lejos de su amada Premier y en la ciudad más caótica y pasional de Italia, el alimento que impulsó su carrera en Valencia.

«Un hombre de gran experiencia internacional. Un líder». Así anunció a finales de mayo del 2013 Aurelio di Laurentis, presidente del Nápoles, la incorporación del técnico español, campeón de la Liga con el Valencia (2002 y 2004), de la Champions con el Liverpool (2005) y de la Liga Europa con el Valencia (2004) y el Chelsea (2013).

Nápoles acogió con los brazos abiertos al entrenador que un par de años antes no había dejado un buen recuerdo en el norte, en el complicado Inter de la era post Mourinho. En Milán había ganado la Supercopa de Italia y el Mundialito de clubes, dos títulos que el portugués se encargó de recordarle que disputó gracias a sus éxitos. Antes, Benítez había acusado a Mou de dejarle una plantilla exprimida.

Si en Milán vivió la tortura de una plantilla que adoraba al portugués y que lo consideró un intruso, en Londres no resistió la inquina de una afición que nunca le perdonó su pasado en el Liverpool, ni siquiera cuando conquistó la Liga Europa, el primer título continental del Chelsea. En ambos casos, bajo la sombra de Mourinho.

Ahora, lejos de la Premier y del orgulloso norte italiano, triunfa en un Nápoles españolizado tras la venta de Cavani al PSG. Incorporó a Reina, Albiol y Callejón y completó el pastel con Higuaín, máximo goleador del equipo con 12 tantos (el segundo es Callejón, con 9). Tras arrancar la Liga de forma impecable (28 puntos de 33 posibles), el Nápoles ocupa la tercera plaza, por detrás de la intratable Juve y del Roma, y por delante del Fiorentina, su rival en la final de Copa y el único equipo capaz de poner en peligro su participación en Champions la próxima campaña.

El martes, en la enfebrecida grada de San Paolo destacaba la figura de Maradona, el atrabiliario héroe que llevó al maltratado Nápoles a su primer Scudetto (1987). El caos y el método fundidos en Nápoles.