Más de un siglo esperando a Sofía Toro

La Voz

DEPORTES

14 ago 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

«¿Quién es?», pregunta un niño subido a una maceta. «Una bajiita», responde su amigo. «¿Y de qué es la medalla?», insiste. «De vela... y ¡de oro!», espeta el otro pequeño. Alvedro es un clamor. El vuelo IB524 sufre un de retraso y la temperatura asciende. Pero, ¿qué son veinte minutos después de 116 años de espera? En ese avión viaja la primera medalla olímpica de una deportista gallega en la historia. Colgada al cuello de su dueña, Sofía Toro (A Coruña, 1990).

Junto a la también gallega Támara Echegoyen (Ourense, 1984) y la asturiana Ángela Pumariega formaron la tripulación española femenina del match race de vela que derrotó en la final de Weymouth a Australia. Poco después, la capitana de la selección de balonmano, Begoña Fernández (Vigo, 1980) se sumó a la gloria olímpica gallega. Ellas han hecho historia.

«Sofi es de oro», rezaba la pancarta que sostenían varias de sus amigas. Un gran ramo de flores, bocinas hidráulicas, silbatos y canciones, «Sofía Toro, medalla de oro», completan un paisaje surrealista en el que se ovaciona a cada pasajero no medallista que asoma por la puerta.

A Coruña aguardaba ansiosa a su heroína, con la mente en Fernando Romay (plata en Los Angeles 1984) y Chuny Bermúdez de Castro (uno de los últimos vecinos de Marineda en vivir experiencia olímpica). La familia, en pole position. Miguel, el padre, calmado, orgulloso; Jano, el hermano, desatado.

Sofía se demora. El extravío de su equipaje tiene la culpa. Intenta cubrir la hoja de reclamaciones. «¡Después! ¡Después!», vocifera la familia. Por fin, se hace la luz. Revienta Alvedro. De pronto, una campeona olímpica a hombros. Se hace un vacío en el tiempo. En su rostro se dibuja una lágrima. Todos quieren abrazarla, besarla, tocarla. La marabunta es insaciable, reclama una foto para el recuerdo. Silencio todo el mundo (piden); Sofía va a hablar: «Estoy muy contenta de que hayáis venido, muy emocionada. Ya me lo estoy empezando a creer». Y pronuncia una palabra mágica: Rio.