El motociclismo pierde a Simoncelli

antón bruquetas REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

24 oct 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

La curva número once del circuito de Sepang ingresó ayer con letras mayúsculas en la negra historia del motociclismo. Allí perdió la vida una de las figuras más carismáticas de MotoGP, el italiano Marco Simoncelli. E, ironías del destino, no dijo adiós en uno de sus controvertidos adelantamientos, ni en una de sus frenadas de vértigo, sino tras perder lentamente el control de su moto y sufrir el impacto de los neumáticos delanteros de Collin Edwards y de su gran amigo Valentino Rossi, que circulaban justo detrás del piloto de Honda y que nada pudieron hacer para evitar arrollarlo.

Después del golpe, Rossi, que consiguió salir indemne del accidente, se percató rápidamente de la gravedad de lo que había sucedido. Soltó gas a la moto, giró la vista hacia la curva y contempló lo que jamás habría querido ver: el cuerpo inmóvil de Simoncelli sobre el asfalto. Fue entonces cuando se echó las manos a la cabeza.

Edwards se rompe el hombro

Mientras tanto, Collin Edwards trataba de incorporarse después del incidente. Se acababa de fracturar el hombro, pero su mirada continuaba clavada en lo que había vivido solo unos instantes antes. Cerca de sus pies todavía rodaba el casco que había perdido Simoncelli. Como Rossi, el americano también reconoció al momento el descorazonador dolor de la tragedia.

A partir de entonces, todo ocurrió muy deprisa. Entraron las asistencias médicas y, de inmediato, la dirección de carrera decretó la paralización de la prueba. Cuando el equipo médico, encabezado por el italiano Michele Macchiagodena, atendió a Simoncelli lo encontró en parada cardiorrespiratoria. Las asistencias lo trasladaron a la clínica del circuito, pero después de intentar reanimarlo durante 45 minutos, solo pudieron certificar su fallecimiento.

«Simoncelli entró en parada cardiorrespiratoria como consecuencia del fuerte impacto que recibió en la cabeza, cuello y pecho, por lo que se procedió a su intubación a lo largo de 45 minutos, pero todas ellas resultaron en vano y a las 16.56 horas (en Malasia, 8.56 horas en España) se declaró oficialmente la muerte del piloto», explicó Macchiagiodena en una conferencia de prensa que se celebró en el propio circuito de Sepang y donde estuvo respaldado por, entre otros responsables de la organización del mundial, el director de carrera, el español Javier Alonso.

La prueba, cancelada

Poco antes de que se conociese el fatal desenlace y ante el cariz dramático que estaban tomando los acontecimientos, se comunicó la decisión de cancelar la prueba. Un anuncio que fue recibido con silbidos por parte del público, que quizás no era consciente de las terribles consecuencias que iba a tener el accidente de Simoncelli. Sin embargo, la medida supuso un auténtico alivio en los boxes, donde lo único que le preocupaba a los compañeros de profesión del atrevido piloto italiano era recibir noticias tranquilizadoras sobre su estado de salud. Nadie conservaba la mente lo suficientemente fría como para correr. Esperaron algo que desgraciadamente nunca llegó.

Con la certificación de la muerte de Simoncelli, las escenas de dolor se multiplicaron por el trazado malayo. Sobre todo en su equipo donde todos los componentes lloraban desconsoladamente la muerte de un deportista con tanto carácter dentro de la pista como ternura demostraba cuando se bajaba de su montura.

A Simoncelli no le dio tiempo a completar dos vueltas al circuito de Sepang antes de perder la vida, pero el primer giro y el segundo, hasta la llegada de la fatídica curva número once, fueron un auténtico testamento de lo que era su manera de entender el motociclismo. Su duelo con Bautista, en donde resplandecieron los adelantamientos al límite y donde ambos competidores no aflojaron un milímetro, llevaba lacrado el pilotaje de alta tensión del que tanto gustaba. Una forma de conducir la moto que recibió a lo largo de su carrera numerosas críticas y que en ocasiones solo encontró en vida el amparo de su amigo íntimo Valentino Rossi.