Cuando el secreto consiste en ser feliz

X.R. Castro

DEPORTES

Julián Bernal, el nonagenario plusmarquista mundial de atletismo, revela las claves de su éxito: «Sentirse bien, comer de todo y moverse», además de bañarse en invierno

21 abr 2009 . Actualizado a las 20:45 h.

Con 738 carreras de todos los colores, desde un 100 a una media maratón, 4.466 kilómetros devorados en todas las superficies, un sinfín de medallas incontables y dos plusmarcas mundiales... No son los números de un fornido atleta en plena juventud, sino la hoja de ruta del nonagenario Julián Bernal, que debutó como federado en 1997 cuando tenía 76 años. ¿Cuál es el secreto? «El secreto está en ser feliz, estar bien, comer de todo y moverse un poco», asegura el abuelo del atletismo español.

Mientras muchos de sus coetáneos tienen dificultades para moverse y pasan las horas entre cuatro paredes, Julián es un ejemplo de vitalidad. Se levanta a las siete de la mañana todos los días para ir a la compra y vuelve a casa no para descansar, sino para ejercer de cocinero. «Estamos mi hijo y yo solos en casa y alguien tiene que ocuparse», explica.

Bernal a sus 90 años es de buen diente. Compra y come de todo «y no para estar mejor en las carreras, en ese sentido no me cuido nada», puntualiza. Tan solo su hijo le recomienda un poco de hidratos en la antesala de las carreras, que debido a su perseverancia son casi todos los fines de semana. «Está tan ilusionado que tratamos de complacerle», apunta Jesús , que ya tiene comprometida la presencia de su padre el 1 de mayo en Burgos en una milla y el 2 en una popular en A Pontenova.

El plusmarquista mundial de 3.000 metros en pista cubierta y de 10 kilómetros en ruta deja el entrenamiento para la tarde, y no todos los días. «Hablamos y en función de cómo se encuentre entrenamos o no», dice Jesús Bernal, su hijo y entrenador. Ayer, después del marcón de Ribadavia descansaron «pero no porque estuviese cansado», puntualiza Julián.

Su campo de entrenamiento son todas las playas de la zona, especialmente aquellas con la arena dura, y por norma la sesión comienza con un baño en el mar, sea invierno o verano. «A mí padre le da igual el frío, se mete todo el año». Otro de sus secretos.

Correr es la pasión de Julián. «Hay que moverse un poco. Nunca me lo había propuesto pero me gusta mucho», admite el nonagenario. No hay un tiempo definido de entrenamiento, en función del día y de la intensidad se regula la duración de la sesión.

A última hora de la tarde vuelta a casa y a las diez en cama. «Es cierto que madrugo, pero también me acuesto bastante temprano», apunta el plusmarquista con horario de campeón olímpico.

Los médicos, a favor

Este ritmo de vida no tiene contraindicaciones. Es ideal siempre que no se excedan los límites. «Existe evidencia científica de que las actividades como caminar a buen ritmo incrementa la resistencia, disminuye la presión arterial y los ejercicios de fuerza corrigen la pérdida de masa muscular, evitan caídas y limitaciones para las actividades», apunto Juan José Crespo, especialista en medicina de la educación física. El traumatólogo Rafael Arriaza indica que «el cuerpo es capaz de alcanzar mejoría a cualquier edad. Con voluntad se puede superar de un modo importante el envejecimiento».

En esas está Julián Bernal, que ni se plantea dejarlo porque está dispuesto a seguir «mientras el cuerpo aguante». Además, no hace ninguna locura. Los médicos dicen que lo importante es la moderación, y el ferrolano lo sigue al pie de la letra. «Yo voy a mi aire, a mi ritmo, nunca me canso». Y aun así se dedica a batir récord mundiales, «que es algo muy bonito pero que yo no persigo, a mí lo que me gusta es correr». A este paso lo hará hasta la eternidad.