Jerez devuelve a Crivillé al podio once meses después

JUAN ARES Enviado especial JEREZ

DEPORTES

EMILIO MORENATTI

MOTOCICLISMO / GRAN PREMIO DE ESPAÑA

06 may 2001 . Actualizado a las 07:00 h.

El hechizo de Jerez volvió a transportar a Alex Crivillé a sus mejores días. El piloto español, a quien muchos deshauciaron ya hace tiempo, realizó una magistral actuación en el trazado andaluz que se vio recompensada con una tercera plaza. Jerez volvió verse repleto, con 126.000 almas que vivieron sus mejores momentos con las sensacionales últimas vueltas de Crivillé en 500. El campeón ha vuelto. La del catalán fue la mejor carrera del día, yendo de menos a más y a punto estuvo de subirse al segundo peldaño si no fuera por la bandera a cuadros que salvó a Norifumi Abe (Yamaha). El resultado de los entrenamientos no hacía presagiar una carrera tan completa de Alex. El primer paso por meta dio claramente la tónica de la carrera, con un desatado Rossi (Honda) en cabeza y con Abe pisándole los talones. Muy pronto Capirossi (Honda) se unió a ellos y se destacaron del resto. Más atrás, el japonés Nakano (Yamaha) se afianzó por delante de Barros (Honda), Roberts (Suzuki) y Biaggi (Yamaha). Crivillé pasó la primera vuelta en una retrasada decimosegunda posición, pero desde ese momento remontó, superando piloto tras piloto hasta llegar a la tercera plaza, que a punto estuvo de materializarse en un segundo puesto en un final de infarto. Del resto de los españoles cabe destacar que Cardoso (Yamaha) se vio obligado a retirarse y que Gibernau (Suzuki) tuvo una discreta actuación y acabó décimo. Carlos Checa (Yamaha) mostró una vez más su indomable voluntad y, a pesar de las secuelas del accidente sufrido anteayer en los entrenos, salió a dar todo lo que pudo y acabó decimocuarto, en los puntos. El turbo italiano Y en cuanto a Rossi, sólo se puede decir que hay que quitarse el sombrero porque Abe llegó a rebasarle, pero el italiano puso el turbo en las últimas vueltas y se pudo permitir el lujo de entrar primero en meta, de pie, en las estriberas de su Honda, con las manos en la espalda y haciendo un gesto de reverencia ante este público español que Valentino considera sagrado. Rossi lleva tres victorias seguidas. Su liderato en el Mundial es indiscutible.