
El jurado otorga el galardón al escritor por convertir la poesía «en un hecho de su propia existencia»
10 nov 2022 . Actualizado a las 19:59 h.El poeta venezolano Rafael Cadenas es el ganador del premio Cervantes 2022, el más alto reconocimiento institucional de nuestras letras, que falló este jueves su 47 edición. Miquel Iceta, ministro de Cultura y Deporte, leyó el acta del jurado que premió como «por su vasta obra, la de un creador que ha hecho de la poesía un hecho de su propia existencia y le ha llevado a la excelencia». Considerado como el Nobel de literatura en castellano, el Cervantes está dotado con 125.000 euros y se entregará el próximo 23 de abril en Alcalá de Henares.
La candidatura de Cadenas se impuso a la de narradores españoles como, Enrique Vila-Matas, Antonio Muñoz Molina, Álvaro Pombo, Félix de Azúa, Luis Goytisolo y Fernando Savater, o a la de poetas como la malagueña María Victoria Atencia o Antonio Colinas. Entre los autores de América Latina también se barajaron de los chilenos Óscar Hahn y Raúl Zurita, y de narradores como la mexicana Ángeles Mastretta, el peruano Alfredo Bryce Echenique, el colombiano Fernando Vallejo, el chileno Antonio Skármeta.
Cadenas toma el relevo de Cristina Peri Rossi, uruguaya nacionalizada española y ganadora en el 2021, y de los fallecidos poetas Francisco Brines, (2020) y Joan Margarit, (2019). La norma no escrita que dictaba la alternancia entre autores españoles y latinoamericanos ya se quebró hace unos años, cuando el nicaragüense Sergio Ramírez sucedió en el 2017 a la uruguaya Ida Vitale en el 2018.
Recogerá Cadenas su galardón de manos del Rey Felpe VI el próximo 23 de abril, fecha oficiosa de la muerte de de Miguel de Cervantes y Día Internacional del Libro, en la solemne ceremonia que acoge cada año el paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares. Un acto que no pudo celebrarse en el 2019 y el 2021, los años más duros de la pandemia, y la que no pudo acudir el año pasado Cristina Peri Rossi, cuyo discurso fue leído por la actriz Cecila Roth.
Cadenas es el número 47 del palmarés del Cervantes, que ha recaído en 48 autores, al haberse desdoblado el premio en 1979 entre Jorge Luis Borges y Gerado Diego. Al año siguiente se establecía que el premio no puede ser dividido ni ser declarado desierto o concederse a título póstumo.
En el palmarés del Cervantes hay figuras relevantes la literatura universal como el mexicano Octavio Paz, el español Camilo José Cela y el hispanoperuano Mario Vargas Llosa, que también fueron distinguidos con el Nobel de Literatura. En sus 47 años de historia el premio mayor de las letras hispanas solo ha reconocido a seis mujeres: las españolas María Zambrano (1988) y Ana María Matute (2010), la cubana Dulce María Loynaz (1992), la mexicana Elena Poniatowska (2013), la uruguaya Ida Vitale (2018) y la uruguayo-española Cristina Peri Rossi (2021).
Con voz pero sin voto, Miquel Iceta presidió un jurado formado por Cristina Peri Rossi, que excusó su presencia, Aurora Egido, Albino Chacón, Esther Borrego Gutiérrez, Mónica Lavín, Raquel Caleya, Juan Casamayor, Francisco Javier Galán, Doraliza Jiménez y Lucas Torres Armendáriz.
Creado en 1975 por el Ministerio de Cultura, el Cervantes reconoce la trayectoria de un escritor que «con el conjunto de su obra haya contribuido a enriquecer el legado literario hispánico». Al galardón puede ser propuesto «cualquier escritor cuya obra literaria esté escrita, totalmente o en su parte esencial, en esta lengua».
Los candidatos pueden ser presentados por las Academias de la Lengua Española; los ganadoras en anteriores convocatorias; las instituciones que, por su naturaleza, fines o contenidos, estén vinculadas a la literatura en lengua castellana, y los miembros del jurado.

Rafael Cadenas: «Mi posición se sabe: no soy enemigo de nadie y se puede criticar sin odio»
Labra lentamente las palabras. Pierde la mirada, como si buscara en el aire la melodía de cada frase. Guarda largos silencios antes de hablar. Rafael Cadenas (Barquisimeto, Venezuela, 1930) quiere conversar sin grabadora de por medio: «Esto introduce un elemento que no es natural», dice señalando el teléfono. Confiesa que le inhiben «esos cacharros». Poeta, ensayista y traductor, sigue escribiendo a mano: «Luego en casa me ayudan, me lo pasan a la computadora. ¿Cómo le dicen ustedes?... Al ordenador, que muchas veces es desordenador». A Cadenas le duele su país: «Venezuela está enferma, muy grave». Va describiendo una situación conocida. «Yo hablo, como un ciudadano, de lo que veo». El paisaje que pinta evoca aquel poema suyo, Derrota, escrito hace más de medio siglo y convertido en referente en la literatura latinoamericana: «Yo que no he tenido nunca un oficio / que ante todo competidor me he sentido débil / que perdí los mejores títulos para la vida / que apenas llego a un sitio ya quiero irme (creyendo que mudarme es una solución) / que he sido negado anticipadamente y escarnecido por los más aptos /que me arrimo a las paredes para no caer del todo...». No reniega del poema, que ya es como una marca que lleva grabada, pero matiza que lo escribió como un desahogo personal y admite: «Detesto a los héroes porque les salen muy caros a los países». Ahora está revisando textos escritos durante su vida y no publicados con vistas a un nuevo libro.