Belén, querida, eso del coltán...

miguel anxo fernández

CULTURA

«El cuaderno de Sara» está ambientada en la búsqueda del mineral más preciado en la telefonía móvil

01 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Que se lo tomaron en serio, sin duda. Incluso con trascendencia. Vale que el guionista habitual de Álex de la Iglesia, Jorge Guerricaechevarria, comenzara sensibilizado por lo del coltán, ese mineral imprescindible para la telefonía móvil que provoca guerras en África por la codicia (pecado no capital, pero va siendo hora de sumarlo a los siete, pues la avaricia es otra cosa…). Vale incluso que la producción pretendiera un tono veraz -que no verosímil-, entre otras cosas porque cuesta creerse a la urbanita Belén Rueda, así, por las buenas, en un berenjenal tan arriesgado como irse al muy peligroso Congo -el rodaje se hizo en Uganda y Tenerife- en busca de su hermana, activista en una oenegé, para un reencuentro emocional pendiente de años atrás… Como cuesta creerse otras incidencias periféricas, a saber si por renuncia autoral del veterano en ficción televisiva Norberto López Amado, o a saber qué otros motivos. La violencia es oscilante y además distante, pues ni sentimos la necesidad de escondernos bajo la butaca por el pavor o echar mano del abrigo para no tiritar… de terror.

Y ese desenlace, con un aquel de melifluo y otro de concesión a la audiencia de prime time, a donde acabará yendo en pocas semanas, que para algo Telecinco está en el ajo. A estas alturas del XXI, los espectadores ya sabemos que nada bueno nos traerá cualquier caricato señor de la guerra, como sabemos que irse a un garbeo por sus predios tiene mucho de extravagancia suicida… Por mucho que busques a tu hermana, casi es mejor recurrir a unas llamaditas e intentarlo por otras vías, que las hay. Pero si la road movie selvática de Belén era también una coartada para denunciar algo, amigos, eso se fue al limbo. A López Amado habrá que reprocharle no habernos transmitido la grima del filo de un machete, como también enojarnos con la esclavista sobreexplotación del coltán. Y unos toques de política, que la hay. Finalmente, con admiración hacia la Belén Rueda de Perfectos desconocidos, qué hace una actriz como tú en un sitio como este. Qué mal llevas los primeros planos sudorosos…