Isabel Coixet recordará la tragedia del «Prestige» en un documental

Efe

CULTURA

Coixet, en Fisterra la semana pasada
Coixet, en Fisterra la semana pasada

La cineasta pasó unos días recientemente en la Costa da Morte recogiendo testimonios

19 mar 2012 . Actualizado a las 11:16 h.

La cineasta Isabel Coixet rescatará, en su próximo documental, la crisis del Prestige y la marea negra en las costas gallegas, al cumplirse diez años del desastre ecológico y en un momento en que la directora catalana cree que «personas que cometieron entonces errores vuelven a estar en el Gobierno».

La reciente ganadora del premio Goya al mejor documental reafirma con este proyecto su confianza en este género y en la temática medioambiental, que exploró en el 2011 con su trabajo Aral, the lost sea, que se estrena en Estados Unidos.

La directora barcelonesa pasó los últimos días en la Costa da Morte, según informa la edición de Carballo de La Voz. Coixet y miembros de su productora establecieron su base en Fisterra (se alojaron en el Ínsula Finisterrae) y se movieron por varios municipios, grabando testimonios a varios personajes en Corcubión, Carnota y Muxía. «Es una historia sobre los voluntarios del Prestige, pero es imposible hablar de ello sin relatar los errores políticos de alejar el barco de la costa sin haber escuchado voces con experiencia y sentido común que decían que debía acercarse», alega Coixet.

«Las cosas deben recordarse», explicó, y para ello ha encontrado en el género documental una forma de «estar en contacto con la realidad sin toda la artificialidad que implica un gran rodaje». La autora de filmes de ficción como Mi vida sin mí confía en que, a través del documental, podrá «incorporar todo lo que la sociedad está viviendo, el fin del Estado del bienestar y de cosas que se daban por hecho hasta ahora».

En Galicia, esta semana entrevistó a un asiático que llegó a España para hacer de voluntario en la crisis del Prestige del 2002 y se quedó a vivir en el país. Es, como el mar de Aral, de Uzbekistán: casualidades con puntos en común, opina Coixet.