El dueño de un pub de A Coruña en huelga de hambre: «No entiendo por qué nos ponen en el foco del virus si llevamos medio año cerrados»

Fernando Molezún A CORUÑA

A CORUÑA CIUDAD

EDUARDO PEREZ

Lolo Villaverde ha comenzado una protesta en su local del Orzán, Área Crítica, porque no entiende el motivo por el que no le dejan «trabajar como el resto de la hostelería»

28 sep 2020 . Actualizado a las 19:13 h.

El pub Área Crítica es uno de los clásicos del Orzán. Lolo Villaverde llevaba 35 años atendiendo a la fiel clientela del local y abriendo su escueto escenario a un sinfín de músicos locales hasta que el coronavirus quebró décadas de historia de este referente del ocio y la cultura de A Coruña. O, más bien, la legislación que ha acompañado a la pandemia, tal y como denuncia este hostelero que, desde el pasado viernes, se encuentra en huelga de hambre en su bar de la calle Orzán.

Lolo no puede encontrarle sentido legal a la situación: «Nos tratan como ocio nocturno cuando no lo somos. Según nuestra licencia somos café bar especial, lo que se llama pub. El ocio nocturno también tiene derecho a trabajar, pero es que el horario legal que tenemos nosotros es desde las diez de la mañana hasta las cinco de la madrugada. Y por eso no entiendo por qué no me dejan trabajar como el resto de la hostelería», explicaba ayer en Radio Voz delante del colchón que ha instalado en el bar para pasar esta huelga, que mantendrá hasta que consiga reunir 10.000 firmas «para echar abajo esa normativa de la Xunta que nos prohíbe el derecho al trabajo».

Fernando Molezun

Y es que más allá de lo justa o injusta que pueda ser la norma, Lolo denuncia el agravio comparativo: «El viernes me sentía ridículo, aquí, haciendo la huelga de hambre con el local cerrado mientras el resto de bares y tabernas estaban abiertos», lamenta al tiempo que reivindica al buen hacer de la hostelería en general y el suyo en particular: «En 35 años no me han puesto ni una multa, he abierto por la mañana, por la tarde y por la noche sin problema alguno. De hecho mis vecinos han sido los primeros que han venido a firmar».

Como otros negocios, Lolo acondicionó su local a la nueva realidad, con una reforma en la que invirtió unos 4.000 euros que, sin abrir, es imposible rentabilizar: «Lo de la huelga es muy fuerte, lo sé. Sobre todo siendo yo diabético. Pero si me quieren matar de hambre, al menos que se entere la gente. No entiendo por qué nos ponen en el foco del virus si llevamos medio año cerrados» asegura este referente de la hostelería local que se emociona al enumerar los apoyos que está recibiendo: «Muchos están viniendo a firmar e incluso quieren ayudarme a nivel personal».