Thais Pousada: «Yo pongo exámenes de razonar, no de vomitar conocimientos»

Loreto Silvoso
LORETO SILVOSO A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

MARCOS MÍGUEZ

Para esta profesora de la UDC, el buen docente es el que hace pensar a los alumnos

01 ene 2018 . Actualizado a las 23:34 h.

Sus días como la chapona oficial de clase terminaron cuando llegó a la Universidade da Coruña (UDC). El nivel de autoexigencia de Thais Pousada (Ponteareas, 1985) derivó en una crisis de ansiedad y dijo basta. Ahora les cuenta a sus alumnos que, para ser brillante, es más importante tener conciencia crítica. Es una de las diez finalistas a mejor profesor universitario del año, dentro de los Premios Educa Abanca.

-Alumna de sobresaliente, matrícula de honor en COU, premio de fin de carrera… ¿Con qué cara le dice ahora a sus alumnos que no vayan a por el diez?

-Todo es compatible, pero, en mi opinión, el buen alumno es el que está motivado, presenta buenos trabajos, pregunta en clase, es crítico, autocrítico y saca buenas notas. Yo pongo exámenes de razonar, no de vomitar conocimientos.

-No es tan importante la nota como que el alumno sea…

-Comprometido y responsable. Hay alumnos brillantes que, a lo mejor, no sacan buenas notas porque están a mil cosas. Yo sé quiénes están motivados y quiénes no. Se nota en todo.

-¿Cómo se es buen profesor?

-El buen docente es el que hace pensar a sus alumnos. A los míos les digo que lo cuestionen todo. Tienen que aprender a base de razonar, equivocarse y pensar.

-¿Bolonia no cambió nada?

-Se avanzó, pero hay profesores que siguen anclados en el pasado. Convierten los grupos de trabajo en otras clases magistrales, solo que con menos alumnos.

-De todos sus profesores, ¿a quién recuerda con más cariño?

-A Chus, una profesora del colegio de la Inmaculada, en Ponteareas, que me daba gallego. Ella sabía motivar. Yo era la chapona de clase y había gente a la que eso no le sentaba muy bien.

-¿Por qué cree que la han convertido a usted en candidata?

-Supongo que verían en mí algo más que una profesora universitaria. Yo necesito estar en contacto con la población con la que el alumno de Terapia Ocupacional conectará en el futuro. En estas titulaciones es impensable que un maestro enseñe solo teoría.

-¿Es una profesora que se involucra más allá de lo formal?

-Como docente, lo necesito. Soy la vicepresidenta de la Asociación Gallega contra las Enfermedades Neuromusculares (ASEM Galicia), colaboro con entidades de enfermedades raras y con el proyecto Enki para el deporte inclusivo. Aspiro a transmitir la realidad de lo que pasa a los alumnos.

-¿Tira de ellos para que la acompañen en su labor social?

-Sí, sí, sí. Por ejemplo, la actividad con el deporte inclusivo consiste en que vayan con ellos, aprendan de ellos y les asesoren.

-Póngame un ejemplo práctico.

-Estamos intentando diseñar unos guantes de handbike. Los oficiales son caros y los tienen que pedir fuera de España.

-También tiene un blog y una página de Facebook de alguna de sus asignaturas. Era un punto a favor para la nominación.

-Yo le doy mucha importancia a ese tema, pero les insisto en que sean capaces de juzgar y filtrar toda la información que reciben.

-Dice que es feliz, pero ¿qué le disgusta de la universidad?

-La competitividad. Los profesores tenemos que estar demostrando día a día lo que hacemos frente a nuestros compañeros. A veces, me afecta a nivel personal. Eso lo gestiono mal.

«He tenido momentos de tirar la toalla, así que esto me lo tomo como un impulso»

Los Premios Educa Abanca buscan profesores que destaquen por su calidad docente, su praxis y su trato con el alumnado, entre otros baremos. El 10 de enero se conocerá el nombre de los ganadores en cada categoría. Para mejor docente universitario hay diez finalistas. Una de ellas es Thais Pousada, profesora de Terapia Ocupacional de la UDC.

-¿Qué se siente al estar entre los diez mejores profesores de la universidad en el 2017?

-Me sorprendió mucho, porque no sé de quién pudo venir mi nominación.

-¿Cómo se enteró?

-Yo estaba haciendo una estancia de investigación en Australia. Fue en septiembre cuando recibí el correo en el que se me comunicaba la nominación. Al principio, pensé que era un spam [correo basura], pero otro de los profesores finalistas, Víctor Arufe, me etiquetó en Facebook y ya me lo empecé a creer.

-¿Se siente agradecida?

-Sí, mucho. Me lo tomo como una palmadita en la espalda. He tenido momentos, como todo el mundo, de estar a punto de tirar la toalla, de pensar que lo que hago no sirve para nada; así que esto es un gran impulso para mí.

-Si lo gana, ¿a quién se lo dedica?

-A mis padres. Gracias a su enorme apoyo, soy lo que soy.

-También es clarinetista en la Banda de Música de Reveriano Soutullo, de Ponteareas.

-Sí, desde niña. He tocado toda la vida el clarinete con la banda.

-Ahora trabaja en A Coruña y reside en O Burgo (Culleredo). ¿Sigue tocando?

-Sí, cuando puedo.

-¿Qué echa de menos de su infancia en Ponteareas?

-El Tea. Se podría decir que casi toda mi infancia transcurrió a la orilla del río. Y lo echo de menos.