Ibrahima y Magatte: el dilema moral

Alfonso Andrade Lago
Alfonso Andrade CRÓNICAS CORUÑESAS

A CORUÑA

Pablo Portabales

La Justicia decidirá sobre el conflicto laboral tras el despido de las dos personas que auxiliaron a Samuel Luiz

28 ene 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

El asunto del despido de los senegaleses Ibrahima Diack y Magatte N’Diaye va camino del juzgado, así que se dirimirá seguramente por esa vía, pero no deja de ser también un enrevesado dilema moral con el altruismo como elemento vertebrador.

Parece difícil creer que dos muchachos que con el altruismo por bandera se jugaron la piel por defender en A Coruña al desconocido Samuel Luiz de los delincuentes que le arrebataron la vida hayan podido sestear con los empleos que el honor demostrado aquella noche les granjeó, y denigrar después mediante falsedades al empresario que los contrató.

Pero no menos difícil es pensar que el propietario de Puertas Betanzos, que en aras de ese mismo altruismo se solidarizó con los dos senegaleses por la bonhomía mostrada y les dio empleo, haya urdido ahora un elaborado plan para desacreditarlos y facilitar así un despido por baja productividad un año después de la contratación.

¿A quién creer en una disyuntiva como esta? Complicado. Por el medio aparece la CIG, en defensa de Ibrahima y Magatte y denunciada por Puertas Betanzos por dar «una versión falseada» del despido. La Justicia decidirá sobre el sindicato, pero, respecto al dilema moral, la CIG tiene poco plan en este asunto sin las virtudes altruistas que adornan por el caso Samuel Luiz a los otros protagonistas.

Por el camino hay detalles extraños: si el problema era la baja productividad de los trabajadores, ¿por qué les ofreció la empresa recolocarlos en otros empleos? Y si realmente se les brindó esa opción, ¿cómo es posible que los dos senegaleses diesen la espalda a la posibilidad de seguir trabajando? En el virtuoso universo del altruismo, algo no es lo que parece. La Justicia dirá.