Feijoo y Rey ofertan
María Pita, el 75 %. Con el plan para urbanizar los muelles descartado por todas las partes y la espada de Damocles de la deuda sin desplazarse un milímetro de las cabezas, en abril del 2018 la Xunta, el Ministerio de Fomento y Puertos del Estado firmaron un protocolo según el cual la Administración central asumía el coste del tren a Langosteira y la autonómica destinaba 20 millones de euros a la compra de Batería y Calvo Sotelo. Aquella iniciativa de Núñez Feijoo resultó, a largo plazo, la fórmula que suscitó mayor consenso para blindar la titularidad pública de los terrenos. La Xunta planteó inicialmente una oferta de compra del 51 % del suelo, pero la reacción del gobierno de Inés Rey, que advirtió de que no pensaba renunciar a la mayoría y reprochó a Feijoo que tratara de aprovechar la debilidad financiera del Puerto para hacerse con un espacio central de la ciudad, movió al presidente gallego a cederle el paso y aceptar finalmente la propuesta que María Pita puso sobre la mesa para poseer el 75 % de los muelles por 15 millones de euros, a abonar entre el 2021 y el 2035, y que Santiago adquiriese el 25 % restante por otros cinco millones. Entre los dos sumarían así los 20 millones de euros en los que la Autoridad Portuaria valoraba los muelles. Y así se acordó el 27 de agosto pasado, en una reunión a tres bandas en la sede del Puerto, el reparto del suelo con algún fleco importante como quién se haría cargo de la urbanización.
Seis meses más tarde, la falta de fondos consignados en los presupuestos municipales para avanzar en la operación y el escaso margen que resta para el final del mandato reducen al mínimo la posibilidad de que el actual gobierno local cumpla su parte del acuerdo. El último cruce de declaraciones entre la alcaldesa y el presidente de la Xunta habla por sí solo de la distancia que se ha abierto entre los dos socios en Batería y Calvo Sotelo. Núñez Feijoo, en la presentación del Plan Estratéxico para Galicia 2022-2030, señaló esta semana que los muelles interiores de A Coruña «son el solomillo de la ciudad» y lamentó que el equipo de gobierno, a cambio del apoyo de la Marea, no haya reservado una partida en las cuentas del 2022 para liberar el suelo. La respuesta de la alcaldesa no se hizo esperar: «Al presidente de la Xunta le cuesta dejar de intentar tutelar los intereses de la ciudad».