Se nos permite comer y beber libremente en una hora, pero a partir de otra ya no, evidenciando que los contagios tienen lugar concreto y hora concreta
30 dic 2021 . Actualizado a las 05:00 h.La consecuencia de todas estas medidas de última hora está provocando otra ola: la del descontrol. Y así cada uno actúa en función de lo que le parece porque la fatiga es enorme en todas partes. No hay manera de ponerle puertas al campo y es imposible contener la vida en todos lados. Pero lo que es todavía más imposible es atenerse a medidas de vaivén que hacen que hoy mismo muchas discotecas y pubs celebren el Fin de Año por adelantado y que mañana otros se queden con la entrada guardada en el bolsillo. Es un sálvese quien pueda para que el ingenio vuelva a operar. Si cierran las discotecas y los bares, aumentan las casas rurales que en un solo día han visto cómo se disparaban sus reservas para que los grupos de amigos se puedan reunir a celebrar lo que llevan mucho tiempo deseando. Y así, entre los adolescentes que se han quedado sin baile, ya hay quienes se anuncian en grupos de WhatsApp poniendo a disposición el lugar de la juerga: «La fiesta es en mi casa: barra libre». Y sí las habrá, claro que las habrá. Muchos jóvenes se juntarán allí donde puedan e irán sorteando su realidad, esa que les dice que hoy no y mañana sí, o que les dice que hasta las doce de la noche sí, pero a partir de las dos no. Porque se nos permite comer y beber libremente en una hora, pero a partir de otra ya no, evidenciando que los contagios tienen lugar concreto y hora concreta. ¿A partir de las 12 me voy a contagiar siempre? ¿Comiendo al mediodía no, pero a las 2 sí? Por eso la confusión es mayor, porque la fatiga ha crecido exponencialmente. Frente a eso, en TikTok, la red en la que caen los jóvenes, ya hay tutoriales para celebrar de manera exprés el Fin de Año en solo dos horas: a cubata cada diez minutos. Ellos lo celebrarán antes del 31 o en la cafetería de la esquina esa misma tarde, pero lo celebrarán. ¡Que siga la fiesta!