Luis Diz, presidente de Galicia de Noite: «Las nuevas medidas en el ocio nocturno parecen una broma de Santos Inocentes»
A CORUÑA

El empresario señala que no abrir en Fin de Año supondría la pérdida de medio millón de euros «el 60% de la facturación del año», mientras que Antón Sáez, presidente de los hosteleros de La Marina, se muestra «cansado por las restricciones sobre la hostelería»
28 dic 2021 . Actualizado a las 23:22 h.Para Luis Diz, presidente de Galicia de Noite y gerente de numerosos locales de ocio nocturno en A Coruña, entre ellos la discoteca Pelícano, las nuevas medidas para el sector anunciadas este martes por el conselleiro de Sanidade son «un cierre encubierto». El empresario está muy molesto por el anuncio de que el ocio nocturno tendrá que cerrar a las dos de la mañana entre el 31 de diciembre y el 18 de enero, pero más por la proposición de la Xunta de que el Fin de Año cierren a las 3.00 horas. «Parecen una broma porque es el día de los Santos Inocentes. No tiene sentido. Para eso es mejor que hagan como Cataluña, que digan que se cierra todo el ocio nocturno y hagan un plan de ayudas al sector. Así, nos obligan a no trabajar la noche más importante del año». De momento, la decisión sobre esa velada se tomará en una reunión que los principales representantes del sector mantendrán con el conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña, esta tarde. «Va a ser tensa porque vamos en pie de guerra. Abrir solo hasta las tres no tiene sentido y no nos quedará otra que devolver las entradas. Teníamos todo vendido», avanza Diz.
La suspensión de las fiestas de Nochevieja dejarían pérdidas importantes. «No abrir en Fin de Año supone perder medio millón de euros, es el 60% de la facturación del año. Además, dejaríamos sin trabajar esa noche a más de 300 personas, la mayoría estudiantes, que ese día ganan el doble». El empresario también crítica que los cambios en las discotecas y pubs se decidan «tres días antes». «Tendremos que devolver mercancía, eso es un daño colateral, pero que también afecta», dice. Sobre si considera que la medida contribuirá a reducir los contagios, señala que «la gente no se va a quedar en casa. Al final habrá fiestas en domicilios y el virus irá de aquí para allá, mientras que el sector se fastidia».
Igualmente, hace referencia en que el ocio nocturno «siempre tendió la mano a la Xunta. Fuimos los primeros en pedir el pasaporte covid, accedimos a cerrar una hora antes de la que tenemos por licencia y desde septiembre, cuando abrimos, cerramos la discoteca a las 4.00 horas; hacemos test de antígenos al personal, controlamos el uso de mascarillas... y al final seguimos pagando nosotros». Sobre el día 31, explica que «eramos conscientes de que no iba a ser como antes de la pandemia, por eso nos adaptamos al a nueva realidad, el cierre era a las cuatro y dábamos la opción a los clientes de tomar ya las campanadas en el local». Diz señala además que no abrir en Fin de Año no solo fastidia al ocio nocturno: «Es una cadena, es una noche importante para los taxistas, las peluquerías, etc.».
Antón Sáez, presidente de la asociación de hosteleros de La Marina: «Comparto la preocupación sobre la noche de Fin de Año y nosotros ya no íbamos a abrir, pero las discotecas deberían poder mantener su programación»

El presidente de los hosteleros de La Marina, zona en la que se ubican numerosos bares de copas de la ciudad, señala que las nuevas restricciones en hostelería «son de cara a la galería». Así, Antón Sáez considera que el sector sigue pagando las consecuencias de la pandemia. «Cuando comenzó esta ola, con brotes en colegios porque los niños estaban sin vacunar, lo primero que hicieron fue poner más normas en los locales hosteleros y se impuso el pasaporte covid». Por eso cree que las medidas «reflejan la mediocridad de nuestros políticos».
Sobre las normas explicadas este martes por el conselleiro de Sanidade, Sáez señala que «lamentablemente no me sorprenden porque siempre somos los perjudicados». El empresario, que gestiona el restaurante Abica y el local Le Tavernier, destaca el «esfuerzo del sector por adaptarse siempre a los cambios. El personal hizo cursos de formación específicos por el covid, con certificado incluido, hacemos test frecuentemente, pedimos el certificado de vacunación y aún así, ahora, volvemos a sufrir restricciones». En su caso, indica que la prohibición de consumir en la barra es lo que más les afectará: «La mayoría de los grupos consumen en la barra, así limitas a las pandillas porque en las mesas no hay sitio para todos».
Sobre Nochevieja, reconoce que le parece bien que se controle: «Comparto la preocupación sobre esa noche porque es un poco descontrol. Nosotros ya no teníamos pensado abrir porque es difícil controlar a la gente ese día, pero a las discotecas y a los locales que solo son ocio nocturno deberían dejarles trabajar conforme al protocolo que estaba establecido. Ellos han estado cerrados hasta hace nada, tienen porteros en las entradas que controlan los accesos y verifican que los clientes tengan el certificado covid». Además, indica que la opción de cerrar a las tres de la madrugada «no es viable. La gente sale de su casa después de las uvas y de brindar, sobre la una y pico de la mañana, por lo que de hacerse muchos pedirían la devolución de las entradas». Asimismo cree que la medida supondrá un riesgo mayor «porque pasará lo de siempre, la gente se reunirá en casas sin mascarillas, sin ventilación y sin ningún control».
Para el hostelero las normas supondrán un nuevo varapalo a las cuentas: «No estábamos al cien por cien de los niveles del 2019, pero así nos quedaremos por debajo del 50 % de la facturación». Esa disminución de ingresos afecta directamente al persona: «Estábamos de nuevo valorando si contratar a más gente, pero ahora ya nada. No se pueden tomar decisiones si no hay un horizonte claro».