Como su cervecería, el Café Cantante tampoco pudo abrir durante la mañana. Sin electricidad es imposible preparar y servir desayunos. Los problemas también se extendieron a los negocios de la calle paralela, la Real, pero solo en aquellos cuya entrada de luz da al callejón. Por eso se explica que en la recién inaugurada editorial Bululú no hubiesen tenido ningún corte pero sí en la contigua O Graneiro de Amelia, donde no pudieran despachar hasta las 12.00 horas. Lo mismo les pasó en la joyería Franermy, en Alba Conde, en la tienda de Oink, en la zapatería Catchalot o en la inmobiliaria Inmotk, que cerraron hasta la mitad de la mañana.
Semáforos apagados
La avería se percibió en el tráfico. Los semáforos de los Cantones estuvieron apagados desde el amanecer. «La tromba de agua inundó el transformador eléctrico que hay al lado del Teatro Colón y estamos secando los cables para ponerlos en marcha», explicaba un operario mientras trabajada en una de las señales eléctricas. La reciente reducción del tráfico rodado en los Cantones fue un aliado para impedir ayer el caos circulatorio mientras no se repararon los semáforos. El incidente quedó subsanado durante la mañana.