Frente a estas experiencias, Goretti Torreiro Díaz y sus hijas Goretti y Carolina dan otro punto de vista. «La relajación en las restricciones sí se está notando. Hay más gente por la calle y, por lo tanto, más afluencia. La semana pasada entró un chico inglés. Y.. ¡madre mía! ¡Cuánto tiempo hacía que no entraba aquí alguien extranjero!», dice Carolina. Las tres empresarias coruñesas, responsables de la tienda Luna Lunera, explican que a pesar de que podrían ampliar el aforo, siguen manteniéndolo al 30 %. «Esta es una tienda en la que entran muchas mujeres embarazadas, con bebés o con. I os pequeños. Así que por nuestra seguridad y la de nuestros clientes, mantenemos ese límite para la entrada de personas», indican. Esperan con optimismo que el verano, la vacunación y el descenso de casos devuelva la confianza a los ciudadanos y, a ellas, un aumento en la facturación.
Este sábado el terracismo también invadió Oleiros. En las terrazas, especialmente las situadas junto al mar, no cabía ni un alfiler. Lucas Fernández, que lleva el restaurante Alcorte y el gastrobar After Surf frente a la playa de Bastiagueiro, confirmó que tenía los dos locales al completo. «Hemos recibido muchísimas llamadas para hacer reservas. En Alcorte, muchas familias de cuatro y seis comensales para el interior. Para la terraza del After Surf, con un aforo de 140 sillas disponibles, tengo todo completo». Lucas y Marisol Gingliarelli, su mujer, explican que la gente «estaba deseando salir, reunirse y disfrutar del buen tiempo». Dicen también que las reservas son de lo más variadas: grupos de amigos, dos o tres familias con hijos, familias con los abuelos... Lucas explica que, a pesar de que las restricciones se han vuelto más flexibles, no hay que bajar la guardia y trabajan con incertidumbre: «Nunca sabes si te van a volver a cerrar o cambiar los porcentajes de aforos».